Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 9 de junio de 2017

Imagine

En febrero de 1986, la editorial Obelisco lanzó un curioso librito titulado Música rock y satanismo firmado por un tal René Laban que planteaba la relación entre ambos conceptos con multitud de ejemplos y leyendas relacionadas con músicos muy conocidos internacionalmente. El nombre del autor era obviamente un seudónimo, probablemente un homenaje al gran ilusionista argentino René Lavand o, lo que es lo mismo, Héctor René Lavandera (un fabuloso especialista en cartomagia que falleció hace poco más de dos años y del que recuerdo especialmente dos cosas: su elegante estilo al ejecutar los juegos con aquella inolvidable coletilla -"No se puede hacer más lento..."- y el hecho de que haberse quedado manco no le hubiera impedido convertirse en un enorme profesional). El contenido de este pequeño ensayo está escrito un poco a la manera de los del autor británico David Icke sobre los famosos reptilianos. O sea, mezclando algunos datos comprobables y por cierto interesantes con todo tipo de leyendas y especulaciones que puede ser que sí o puede ser que no. Con el tiempo, la obra de Laban se ha convertido en un auténtico "clásico" de la literatura de "cosas raras" y en inspiración para otros libros más trabajados como Satanismo y brujería en el rock, de Jota Martínez Galiana, o Satán en Hollywood de Jesús Palacios -aunque aquí se habla más del cine, también incluye algunos ejemplos musicales-, por citar algunos.

El análisis de las portadas y las letras de algunos de los grupos más famosos del rock que aporta Laban son, cuando menos, intrigantes. Y, aunque a día de hoy muchos "enterados" se ríen de estos asuntos achacándolos a simples bromas, es cierto que algunos artistas musicales grabaron pistas con mensajes que sólo se pueden escuchar reproduciéndolos al revés y cuyo verdadero significado e intención siguen sin ser descifrados en la mayoría de los casos. Tuve ocasión de comprobarlo personalmente en varias ocasiones. Por ejemplo, con la canción Fire on high (Fuego en lo alto) de la Electric Light Orchestra: un tema de obertura bastante siniestra incluido en un disco, Face the music (una frase hecha que significa Da la cara o, dicho de otra forma, Asume las consecuencias) con varios otros llamativos misterios en su interior. Esta canción en concreto mezcla sus primeros compases con unos efectos de sonido entre los que cuales se mezclan algunos fragmentos del Mesías de Händel que parecen construir una historia y desde luego disparan la imaginación a poco que uno se dedique a escucharlo con atención. Invito a los lectores que no lo hayan hecho a que la oigan y se formen su propia opinión. 

Fire on high incluye una grabación humana reproducida en sentido inverso y que suele impresionar cuando uno la escucha por primera vez, puesto que parece poco menos que una impía invocación a Nyarlathotep. Con la ayuda de un técnico de radio con el que trabajaba entonces, extrajimos la canción a cinta abierta para reproducirla manualmente al revés y escuchar qué decía. No olvidemos que en aquella época ni existía Internet ni estaban disponibles los programas de edición musical sencillos, gratuitos y casi profesionales que hoy se pueden encontrar con facilidad. Y tampoco perdamos de vista que la inmensa mayoría de personas que yo conocía entonces no estaba en absoluto interesada por el fascinante mundo de la conspiranoia (en realidad, el porcentaje de personas interesadas de verdad en llegar al fondo de este asunto tampoco ha variado mucho desde entonces, aunque ahora a todo el mundo le suene, más o menos). Por si fuera poco, yo tampoco conocía entonces a Mac Namara, así que andaba un poco a ciegas.

Y entonces la escuchamos. Ahí estaba. La poderosa voz de quien, más tarde, averiguamos que era el batería del grupo, Bev Bevan, salmodiando de manera siniestra un mensaje que decía: The music is reversible but time is not. Turn back, turn back, turn back, turn back... (La música es reversible, pero el tiempo no. Retrocede, retrocede, retrocede, retrocede...) Estas palabras, apoyadas con la música y los efectos especiales, tenían un efecto conjunto digno de una película de terror...

El libro de Laban también recogía algunas citas de entrevistas con algunos rockeros famosos, como una de Mike Jagger, líder de la "banda satánica" por excelencia: The Rolling Stones. En las propias palabras de Jagger: "Trabajamos siempre para dirigir el pensamiento y la voluntad de las personas. Y la mayoría de otros grupos hacen lo mismo". Declaraciones de este tipo son más comunes de lo que pensaría un neófito, pero articulistas y críticos suelen quitarles hierro asegurando que se trata de pura estrategia de marketing y nada más. Una simulación para resultar más atractivos, proyectando una imagen rebelde y retadora. Lo que los chavales de hoy día califican como "postureo". ¿Es así?

Lo cierto es que la lista de supuestos adoradores del Demonio es larga: Alice Cooper, AC/DC, KISS, Black Sabbath, Black Oak Arkansas, Styx, Demon... Hasta los propio Beatles.

Laban explicaba varios datos peculiares en relación con el mítico e incomprensiblemente archifamoso (vistas con objetividad, la mayoría de las canciones del cuarteto de Liverpool no son composiciones demasiado brillantes) grupo británico. Y resumía una entrevista publicada en Pop Magazine con el cantante Toni Sheridan, quien trabajó durante un tiempo con los Beatles, en sus inicios. John Lennon, Paul McCartney y George Harrison le conocían como su teacher (profesor) debido a todo lo que aprendieron con él y Ringo Starr fue batería en su banda, antes de unirse a los otros tres. Sheridan contaba en esa entrevista que, a partir de 1962, Lennon se interesó -como han reconocido también tantos otros músicos de rock, por cierto- por el ocultismo y la magia e incluso participó en sesiones de espiritismo en Hamburgo, en cuyos garitos se foguearon los Beatles primerizos. Lennon llegó a confesarle que estaba convencido de que su banda "tendrá un éxito como ningún grupo lo ha tenido..., y lo sé a ciencia cierta porque para ello he vendido mi alma al Demonio". Afirmaciones parecidas se recogen en muchos otros lugares, como la biografía de Lennon firmada por Ray Coleman o en el estudio de Albert Goldman en el que se incluía el nombre de la bruja -una tal Lena- que supuestamente le había ayudado a firmar el pacto diabólico. Son muy conocidas también sus declaraciones en contra del cristianismo que, según el músico de Liverpool "desaparecerá, retrocederá, se disolverá (...) la Historia me dará la razón, ahora ya somos más populares que Jesucristo..."  Llegados a este punto, he de pedir que, si alguien tiene la prueba de que Lennon firmó el pergamino con su propia sangre o sacrificó un bebé como mandan los cánones diabólicos, dé un paso al frente y aporte la evidencia.

De todas formas, no hace falta nombrar a Satán, fotografiarse con cuernos en la portada de un disco o hablar en las letras del 666 para trabajar en, digamos, el lado equivocado. Esto me lo enseñó mi gato conspiranoico cuando me explicó ciertos indicios muy interesantes acerca de la contribución de Lennon a los planes maléficos de los Amos.

- Una contribución probablemente inconsciente -añadía Mac Namara en sus explicaciones- pues esto es lo más trágico de todo: el servidor de los Amos a menudo no es consciente de lo que está haciendo. De hecho, suele considerarse a sí mismo como una buena persona, que está en el camino correcto y que hace lo que es necesario hacer para ayudar a sus semejantes. La realidad es que ejerce de "tonto útil" para los que mandan, que le utilizan como un títere más. Un títere de lujo, popular y querido por el público y con una cuenta bancaria abundante..., pero títere al fin y al cabo.

Este comentario venía a cuento de la que, a día de hoy, sea tal vez la más popular entre sus creaciones musicales, hasta el punto de que se ha convertido en uno de los grandes himnos del naciente Nuevo Orden Mundial. Se trata de una canción que la gente ha asumido y corea como un auténtico mantram, al conquistar un puesto indiscutible como banda sonora del tiro al pato contra los europeos que se desarrolla en estos momentos en el Viejo Continente, como parte de la guerra para destruir a Europa (a la civilización humana, en realidad) en medio del creciente pánico de masas acobardadas y la siniestra complicidad de muchos de nuestros políticos. Esa canción resume en sí misma el estado ideal al que aspiran a conducir los Amos a toda la humanidad. Y se trata, naturalmente, de Imagine, un supuesto himno pacifista que esconde algunas sorpresas aunque, como los mejores secretos, están expuestas bien a la vista, para que nadie sea capaz de descubrirlas (otro día, ya analizaremos la runa de la muerte que, de manera asombrosa, se ha convertido en el símbolo iconográfico del autodenominado movimiento pacifista).

Un análisis de la letra de Imagine resulta muy clarificador. Mac Namara la tradujo para mí y, tal y como me la contó, yo la traslado a esta bitácora. La profundización en estas ideas ya depende de cada cual. Espero acordarme de todo lo que me dijo mi gato conspiranoico. Veamos:

* Imagine there's no Heaven/It's easy if you try/And no Hell below us/Above us only sky. 

Se traduce por: Imagina que no existe ningún Cielo,/es fácil si lo intentas,/y  tampoco ningún Infierno bajo nosotros./Sobre nosotros, sólo el cielo (físico).

No se trata de negar tanto la religión, los conceptos clásicos de Cielo e Infierno, sino el mismo concepto de espiritualidad y trascendencia que subyacen tras ellos puesto que el Otro Mundo no es algo que pertenezca al plano físico y por tanto nadie puede encontrarlo en un punto concreto del Universo. Pero pensar que el único cielo que existe es el de las nubes sobre nosotros hasta salir de la atmósfera es encarcelar el espíritu humano en su prisión terrestre, sin más. 

* Imagine all the people/Living for today/Imagine there's no country/It isn't hard to do.
Nothing to kill or die for/And no religion too/Imagine all the people/Living life in peace.

Se traduce por: Imagina a toda la gente/viviendo el día a día./Imagina que no hay países./No es difícil hacerlo.
Nada por lo que matar o morir./Y tampoco ninguna religión./Imagina a toda la gente/viviendo la vida en paz.

Continúa el mensaje materialista: hay que vivir sin preocuparse de lo que nos espera el día de mañana..., porque no hay ningún día de mañana. Y vivir en un planeta sin países, sin fronteras, bajo un único gobierno. Lo que no me supo explicar Mac Namara es si lo de "no es difícil hacerlo" se refiere a que no es complicado imaginarlo..., o hacer realidad esta visión. En cuanto al párrafo siguiente, también es elocuente. Aparte de remachar la idea de destruir todas las religiones (en verdad, el camino espiritual), propone que no haya ningún propósito digno por el que luchar en un mundo utópico al estilo de la bíblica "tierra de leche y miel en la que pacen juntos leones y corderos". Un mensaje ciertamente muy similar a la justificación ideológica de los impulsores de la URSS que ya sabemos cómo funcionó en la práctica. Cualquier persona con dos dedos de frente y unos años de experiencia sabe que hablamos de una utopía irrealizable en un planeta en el que la lucha por la vida (y por muchas otras cosas, como tu familia, tus ideas o tu forma de vida, por no citar otras más materiales y groseras) es la constante desde el mismo momento del nacimiento hasta el de la muerte. De hecho, uno muere cuando se rinde, cuando deja de luchar por sobrevivir. La paz tal y como se describe en esta canción parece la paz de los cementerios..., o acaso la del rebaño de ovejas, feliz de ser "protegido" y "cuidado" por un "pastor" que se encarga de su "bienestar".

* You may say I'm a dreamer/But I'm not the only one/I hope someday you will join us/And the world will be as one.

Se traduce por: Podrás decir que soy un soñador,/pero no soy el único./Espero que algún día te unas a nosotros/y el mundo será uno solo.

Claro que Lennon no es la única persona a la que le han inducido este sueño -y aquí la palabra adquiere bastante sentido-, sólo es su propagador masivo... La frase insiste en el gobierno mundial, al que invita a unirse más por abandono de sí mismo que por convencimiento o derecho de conquista. El tono melancólico de la música refuerza este sentimiento.

* Imagine no possessions/I wonder if you can/No need for greed or hunger/A Brotherhood of Man.

Se traduce por: Imagina que no hay posesiones./Me pregunto si puedes hacerlo./(Imagina que) No necesitamos codicia ni hambre./(Imagina) Una Hermandad del Hombre.

Ahí aparece otra referencia imposible: no hay posesiones, nada es de nadie. Y eso significa nada. Ni siquiera tu pareja o tus hijos. Ni tu trabajo, ni tu arte, ni tu hogar, ni tu libertad, ni tu independencia, ni tus ideas. Nada. ¿Dónde hemos oído esto antes? Y además, la canción se pregunta si tienes valor para dar el paso de imaginarte a ti mismo cambiando tu forma de ser para posteriormente asumir esta entrega, que es el paso siguiente a planteárselo. El final apoteósico clama por una Hermandad que es, ciertamente, una de las mayores y más irrealizables utopías de todos los tiempos. Puede haber hermandades -en plural y limitadas en el tiempo y en el espacio- de hombres y mujeres que se han preparado adecuadamente para participar en ellas como miembros de pleno derecho y con algún objetivo concreto, pero que a la fuerza no pueden estar abiertas a todos. Por ejemplo, no todo aquél que quiso ingresar en la orden del Temple pudo hacerlo, pues debía reunir unas condiciones mínimas y superar unas pruebas previas. O, más fácil: no todo aquél que desea ingresar en una selección deportiva nacional puede hacerlo, pues antes debe demostrar que está a la altura mínima exigida para incorporarse a este grupo escogido.

Igual me dejo alguna clave más, pero creo que he transcrito las principales ideas de Mac Namara sobre el significado de Imagine, una canción que nunca he vuelto a escuchar de la misma forma desde entonces. Sobre todo cuando mi gato conspiranoico me indicó lo siguiente:

- En ciertos experimentos de laboratorio, se somete a los animales a condiciones controladas de estrés para estudiar sus reacciones. Con los condicionantes adecuados y las dosis medidas, dejan de oponer resistencia al entrar en una especie de sugestión que facilita su manipulación científica.

- ¿También les ponen 'Imagine' de fondo? -pregunté, irónico, aunque Mac Namara ignoró la observación.

- Esta canción se ha sumado al ritual característico posterior a un atentado junto con los ramos de flores, las velas o los mensajes escritos del tipo 'No me váis a obligar a odiaros' que, en realidad, quiere decir 'No voy a defenderme'. El objetivo es aprovechar el trauma sufrido por este tipo de ataques para que las personas entren en un proceso de hipnosis colectiva en el que se despliega una serie de emociones muy útiles a la hora de manejarlas después. La autoculpabilidad, el sentimiento de que no se puede hacer nada para evitar lo que ocurre, la rendición interna..., y otras cosas. Todo esto evita que la gente reaccione ante lo que está sucediendo desde hace años. Si una imagen vale por mil palabras, fíjate en las tomadas hace unos días tras el último atentado en Londres, con todos esos ciudadanos con las manos en la cabeza, como soldados que se han rendido..., y sin pegar un tiro. Ésa es la desgraciada imagen de los europeos, a día de hoy. Pero, si triunfan los planes de los Amos, no será la peor: te lo puedo garantizar.

- ¿Y qué podemos hacer? -pregunto con cierto desánimo.

- Empieza por pensar por ti mismo. Lo demás, llegará con el tiempo..., si piensas lo bastante deprisa.








 

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