Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 18 de enero de 2013

Sector6

En esta época digital, en la que prácticamente todo pasa por el ordenador y cuando las publicaciones en papel caen una tras otra víctimas del arma definitiva (el dinero) con independencia de su calidad o falta de ella, resulta gratificante encontrarse de vez en cuando con osadas iniciativas editoriales que se tiran a la piscina sin saber si habrá agua suficiente no ya para nadar sino siquiera para no romperse la cabeza. Una de las más divertidas y recomendables que me he encontrado en los últimos meses se titula Sector6, aunque nada tiene que ver con el barrio de Bucarest del mismo nombre. Es cara (33,28 euros; un precio un tanto extraño que sólo puede obedecer a una de estas dos razones: o el autor ha repartido el coste de la edición milimétricamente para tratar de recuperar la inversión o ha escondido un mensaje secreto descifrable sólo con una máquina Enigma...) pero merece la pena. Y tiene tanto trabajo tras ella que acumula muchas posibilidades de convertirse en el primer y último número de la serie.

Sector6 es una reinterpretación contemporánea de Signal, la más famosa revista de propaganda de la Segunda Guerra Mundial, creada por la Werhmacht y publicada entre abril de 1940 y el mismo mes de 1945. Todos los historiadores conocen Signal porque supone una de las principales fuentes de información, sobre todo gráficas, de uno de los conflictos bélicos más estudiado, documentado y, también, manipulado de la Historia conocida. La publicación la fundó el entonces Jefe de la Oficina de Propaganda del ejército alemán, el coronel Hasso Von Wedel, quien escogió este título porque la palabra se escribe exactamente igual en el alemán original que en inglés y francés. Y además suena muy parecido en otros idiomas, donde el significado es idéntico: en español, sin ir más lejos, se traduce como Señal. Llegó a publicarse en una veintena de países, incluyendo los propios Estados Unidos (antes de que entraran en la guerra) y varios puntos de Oriente Medio, con versiones en casi una treintena de idiomas (¡hasta en ruso!). Llegó a publicar dos millones y medio de ejemplares por número, y eso en plena guerra... Ningún periódico español ha sido capaz de alcanzar semejante difusión, ni siquiera cuando no existía la palabra crisis.

Una de las características más interesantes de Signal es que, a pesar de su impacto mediático internacional, nunca llegó a distribuirse oficialmente dentro de la propia Alemania. De hecho, fue la única publicación de propaganda del Tercer Reich que no estuvo en manos del Ministerio de Propaganda controlado por Joseph Goebbels sino que permaneció siempre en manos del Ejército, lo que provocó no pocos roces y problemas entre los mandos militares y los políticos. Su peculiar independencia supone un plus a la hora de analizar sus contenidos porque en numerosas ocasiones tanto los redactores como los fotógrafos buscaban más el impacto periodístico e incluso estético de sus reportajes que el ideológico.

Con este modelo en mente, Sector6 recrea los escenarios bélicos siguiendo el estándar de propaganda de la época con una generosa dosis de ironía en sus textos y una selección espectacular de fotografías. Pero la gracia del asunto es que todas las imágenes (menos una) son protagonizadas por..., muñecos. No en vano el eslógan de la revista es "El frente a escala 1/6". Según cuenta el propio creador de este proyecto, Bruno Arellano Tomás, todo comenzó cuando encontró en una tienda una figura articulada que le dejó fascinado: un soldado alemán de la Segunda Guerra Mundial llamado Hans fabricado a la susodicha escala, unos 30 centímetros, por Dragon Models con una extraordinaria fidelidad en su uniforme y equipamiento. Luego descubrió que Hans Leiter, que ése era el nombre completo del muñeco, sólo constituía la punta del iceberg, porque la compañía comercializaba varios modelos más, como Heinrich, Erich y Klaus, que pronto fueron también adquiridos por él. Y no sólo eso. Según cuenta el propio Bruno: "me enteré de que los cuatro formaban un grupo de amigos que había sido real, todas las figuras representaban a gente que había existido y que tenía nombres y apellidos y habían protagonizado una historia verdadera".

Aficionado al maquetismo, construyó una primera trinchera a la escala adecuada para los muñecos y empezó a confeccionar los accesorios y los complementos para recrear su propia versión de la guerra tomando las primeras fotografías. El juego se convirtió en peculiar obsesión y en su forma de invertir casi todo su tiempo de ocio..., y de gastar su dinero con la sucesiva adquisición de nuevos "reclutas". Enseguida la trinchera se convirtió en una especie de pequeño museo privado para sus conocidos que, con el tiempo, acabaron protagonizando imágenes también en el exterior. De ahí, Bruno pasó a su primer fotocómic y de éste, al libro/revista que ahora ha visto la luz. 

Sector6 consigue también algo muy difícil en un empeño de este tipo: que la ideología no empañe una particular versión de lo que los anglosajones llaman reenactment, la reconstrucción histórica generalmente enfocada a los hechos bélicos de tiempos antiguos. Aunque la revista toma evidente partido por el ejército alemán y reinterpreta las proclamas triunfalistas de la Signal original, resulta difícil que nadie de buena fe pueda resultar herido moral o intelectualmente por este proyecto. Para ayudar a ello, todos los combatientes que aparecen en las imágenes pertenecen a la Wehrmacht o a los ejércitos aliados pero no a las SS. Además, la reconstrucción de carteles y material de la época no incluyen en ningún caso a los dirigentes del Tercer Reich.

La revista tiene algunos reportajes antológicos. Por citar sólo los que más me gustan (aunque me gustan todos) o, por así decir, aquéllos con los que más he disfrutado, ahí están Operación Fafner (una apabullante descripción de la ofensiva en el frente oriental con presencia de artillería antitanque, semiorugas, lanzallamas...), Consejos del Frente: cómo colocar una mina (con una hilarante demostración gráfica), Voluntarios extranjeros: los españoles (con la recreación de fotografías históricas de la División Azul y algunas aportaciones muy divertidas como la foto de dos soldados españoles ligándose a una Barbie rusa), Stalingrado (que incluye una ucrónica recreación de la famosa fotografía de Joe Rosenthal en la batalla de Iwo Jima, además de una descacharrante interpretación de la teoría del cambio climático), Reportaje especial: Anna (una auténtica fotonovela, un drama de guerra y amor como los de antes), Prisioneros, su esperanza de vida (con irónicas descripciones, fotos
 incluidas, de los soldados enemigos..., aquí al lado reproduzco la de los ingleses que aparecen practicando, como dice el texto, "la jardinería y el cultivo de hortalizas, algo que apasiona a los británicos"), Comparativa Kübelwagen-Willy's (una minuciosa y argumentada defensa de la superioridad del coche ligero alemán sobre el famoso jeep estadounidense) y Fotografías falsas (que analiza y desmonta la propaganda rusa, incluyendo entre otras imágenes su propia versión de la imagen del miliciano muerto de Robert Capa así como una alucinante "arma secreta" rusa). 

Hay más informaciones, todas ellas ilustradas de manera espectacular: en total, Sector6 presenta más de trescientas fotografías que han sido medidas y calculadas con enorme precisión para hacer creíbles los distintos cuadros que se presentan. A menudo, da la impresión de que el autor nos ha "colado" una foto con personas reales, disfrazadas con uniformes de época, y sólo el examen minucioso de la imagen nos permite descubrir la articulación de las muñecas en el soldado o algún otro mínimo
detalle que nos devuelve a la "realidad" del mundo de las figuras empleadas. Compárese por ejemplo la foto de los tres soldados con el PAK 40 antitanque que parece extraída de una representación "humana" con el momento en el que se tomó la fotografía, que nos revela la escala real y, al mismo tiempo, la brillantez con que fue tomada la primera imagen, capaz de engañar nuestra percepción. Hay muchas horas de duro trabajo y de pasión por el mismo detrás de esta iniciativa...

La revista original, Signal, también publicaba publicidad, y de marcas que hoy nos siguen sonando mucho como BMW, Audi, Agfa, Faber Castell, Pelikan, Siemens, Deutsche Bank, Commerzbank... Y por supuesto Sector6 también tiene sus anuncios, algunos de ellos realmente ingeniosos como los de la bebida hidratante Powereich (parodiando a Powerade), la marca de carteras y maletines Stauffenberg (en recuerdo del coronel que protagonizó el atentado de 1944 contra Hitler) o los muebles de IDEA (parodiando la marca sueca IKEA). 




 


No hay comentarios:

Publicar un comentario