Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Sherlock Holmes contra Jack el Destripador

Un matemático uruguayo llamado Eduardo Cuitiño ha planteado esta semana una nueva teoría sobre la supuesta verdadera identidad de Jack el Destripador: un personaje ya tan popular (y tan lejano en el tiempo) que ha pasado a convertirse en otro icono paródico de los festivales de monstruos "de risa", como Drácula, el Monstruo de Frankenstein, el Hombre Lobo o la Momia. Según Cuitiño, profesor de Probabilidad y Estadística de la Universidad ORT de Montevideo, el auténtico Jack no fue otro que Stephen Herbert Appleford. En realidad, el descubridor del sanguinario asesino no ha sido este hombre que se declara apasionado, a partes iguales, del misterio y de la matemática, sino el complejo de simulaciones informáticas que asegura haber desarrollado a lo largo de los últimos dos años aprovechando toda la información de Internet (espero que haya usado también alguna más seria) y que es, a la postre, el que ha indicado quién tiene más posibilidades de ser el malvado destripamujeres.

En su ensayo Viajando en el tiempo para atrapar a Jack el Destripador, Cuitiño destaca una serie de características que afirma apuntan hacia el tal Appleford sin lugar a dudas: era cirujano (y por tanto sabía manejar bisturíes y otros objetos cortantes), trabajaba en el London Hospital en Whitechapel (el barrio donde fueron asesinadas las cinco víctimas), era zurdo (se supone que Jack lo era porque sus víctimas tenian cortadas las gargantas de derecha a izquierda..., aunque esto podría indicar otra cosa muy diferente que generalmente no es tenida en cuenta por sus implicaciones: que los asesinatos eran rituales), rondaba los 36 años ("la edad de máxima operatividad de un psicópata", en su opinión) y era fuerte porque había competido en remo y natación durante su paso por la universidad (lo que le permitiría ejercer la violencia con mayor facilidad), poseía un coeficiente intelectual superior a la media (gracias a lo cual nunca le descubrieron in situ) y en la época en la que sucedieron los hechos era soltero (al vivir solo, tendría menos explicaciones que dar: "-Cariño, ¿de dónde vienes, empapado de sangre" "-Oh, no es nada, me salpicó un poco la morcilla que me comí en el pub..."). Ya puestos a buscar apoyos para su tesis, el profesor uruguayo fuerza un poco la mano al recordar que el apellido de Appleford tiene dos letras p, igual que la palabra ripper (destripador) y que murió el 31 de agosto de 1940 a la edad de 88 años. Supongo que Cuitiño será aficionado a la numerología, porque está convencido de que el cirujano se suicidó precisamente en esa fecha, "riéndose de Inglaterra y de los ingleses", por cumplirse el día del aniversario de su primer crimen y porque su edad coincidía en parte con el año de las muertes (1881).

Es una teoría como otra más. A lo largo de los últimos años ha habido numerosos investigadores que juran y perjuran haber desenmascarado 
 el verdadero ser del primer asesino en serie de la historia del género negro pero, si hubiera que creerles a todos, Jack el Destripador sería una compleja e inigualable personalidad múltiple repartida en varios cuerpos. De todas las posibles explicaciones planteadas hasta ahora, la más bizarra me parece la de John Morris, quien asegura en Jack the Ripper: the hand of a woman (Jack el Destripador: la mano de una mujer) que no estamos ante un asesino, sino ante una asesina. Según Morris, la autora de los crímenes fue la señora de la foto con cara de amargada. Esto es, Lizzie Williams, la estéril y frustrada esposa de uno de los principales sospechosos de toda la vida: el cirujano sir John Williams, médico personal de la Reina Victoria. La tal Isabelita (o incluso "la pequeña lagartija", que también podríamos traducir así su nombre) se habría dedicado a matar a sus víctimas casi por una rabieta personal, como una forma escasamente sutil de venganza contra la vida en general por no poder tener hijos.

Las razones de Morris para defender su teoría son tan endebles como las de casi todas las demás hipótesis: que ninguna de las prostitutas asesinadas mostraba signos de agresión sexual (no todos los asesinos en serie necesitan violar a sus víctimas), que los objetos personales de la segunda víctima Annie  Chapman fueron colocados tras el asesinato "de una forma muy femenina" según los periódicos de la época (?), que en la escena del cuarto crimen, el de Catherine Eddowes, aparecieron tres botones de una bota de mujer manchados con sangre (pero nadie sabe a qué bota pertenecieron..., ni siquiera si la sangre de los mismos era de aquella víctima), que en la muerte de la quinta y última mujer, Mary Kelly, apareció en la chimenea de su cuarto una ropa femenina que no le pertenecía (podía ser prestada o tal vez el asesino se disfrazara de mujer...) o que, según Morris, el marido de Lizzie se había acostado en más de una ocasión con la tal Mary (lo cual habría justificado el crimen pasional, pero ¿y las anteriores? ¿O sir John Williams también se había liado con ellas?).

Hasta un centenar de sospechosos se ha barajado como posibles autores de los brutales asesinatos de Whitechapel. Entre ellos, George Chapman (que fue ahorcado tras matar a sus tres esposas en New Jersey, a donde emigró poco después de los asesinatos de Londres), Walter Richard Sickert (el pintor cuyos cuadros guardaban tanto parecido con las escenas del crimen) y hasta Lewis Carroll (el afectado e introvertido autor de Alicia en el país de las maravillas, tan aficionado a retratar niñas, preferentemente desnudas). No hace mucho, un grupo de policías británicos utilizó técnicas modernas para elaborar un retrato robot del posible rostro de Jack el Destripador. Apodo que, por cierto, apareció por vez primera en una carta presuntamente enviada por el mismo, pero sobre cuya autoría existen sospechas, ya que varios expertos consideran que su autor pudo ser en realidad un periodista (no hay que fiarse de ellos: lo he dicho tantas veces...) ansioso de darle un "toque de color" a la información sobre los crímenes. La verdad es que el resultado, que podemos contemplar aquí al lado, no aclara mucho. Sin ánimo de molestar a nadie, más que el de un londinense victoriano, ese rostro recuerda el de un paramilitar colombiano o el de un granjero mexicano. 

Resumiendo todas las hipótesis planteadas, la más plausible siempre me pareció la de Stephen Knight quien publicó en 1976 Jack the Ripper, the final solution (Jack el Destripador, la solución final) con sus argumentos correspondientes. En su opinión, la responsabilidad definitiva de lo ocurrido habría que depositarla nada menos que sobre la familia real británica. Y el ejecutor material de los crímenes habría sido, en efecto, el médico personal de la reina Victoria (el marido de la amargada Lizzie) quien los habría llevado a cabo siguiendo órdenes y aplicando cierto ritual de venganza contenido en un juramento masónico concreto, a fin de tapar las consecuencias de la, digamos, "conducta inapropiada" del príncipe Eduardo, masón él mismo y nieto de la monarca además de heredero de la corona. Bob Clark dirigió en 1979  d
 una interesantísima  adaptación cinematográfica del libro (aunque cambió los nombres de algunos de los personajes reales) que se estrenó con el título Asesinato por Decreto y que por supuesto es mi película favorita de Sherlock Holmes. ¿Por qué mezclar al frío e imaginario inquilino de Baker Street con la dramática y sangrienta carrera de un asesino real? Es evidente: sólo un personaje literario como la famosa creación de sir Arthur Conan Doyle podría llegar a descubrir lo sucedido, debido a la naturaleza de los criminales implicados: ningún policía ni detective inglés del mundo real habría podido nunca llegar tan lejos como él. Cualquier otro que hubiera sido lo bastante competente como para encontrar el armario adecuado, abrirlo y sacar el esqueleto del interior, jamás hubiera llegado a mostrarlo al mundo, puesto que habría sido comprado o le habrían encontrado flotando en el Támesis... Sólo Holmes podría llegar a descubrir todos los detalles del caso y reconstruirlos uno por uno con tanta minuciosidad y tanta ira contenida ante el trío de líderes francmasones que improvisan un tribunal en el desenlace del largometraje y sólo él podría renunciar a hacer público lo ocurrido no por dinero ni por amenazas de muerte sino por "responsabilidad social", por no causar un escándalo de tal calibre que podría hacer tambalear a la Corona y al mismo Imperio Británico.

Lo cual, en el fondo, acaba siendo un final decepcionante, pues el detective no llega a ser lo bastante honesto como para hacer prevalecer la verdad y termina siendo un cómplice al preferir mantener el establishment corrupto capaz de generar y ocultar semejantes crímenes...

Christopher Plummer interpreta con gran solvencia el papel de Holmes mientras que James Mason no le va a la zaga en el del doctor Watson. Algunos críticos cinematográficos han llegado a decir que ambos forman la mejor pareja en la historia de las adaptaciones al séptimo arte del popular detective y su no menos popular ayudante, obviando tal vez a Nigel Bruce y Basil Rathbone. Entre paréntesis, no deja de resultar irónico que un actor llamado Mason (apellido muy popular en el Reino Unido por razones obvias teniendo en cuenta el poder omnímodo que controla el país desde hace varios siglos) participe en el descubrimiento de la conspiración en la que aparece implicada de manera tan directa la discreta sociedad. Magistral, por cierto, en su escaso pero contundente papel, el siempre eficaz John Gielguld (en la foto), que interpreta al inquietante Lord Salisbury, alto cargo francmasónico. Otros grandes actores bordan sus frases, como Donald Sutherland en el papel de Robert James Lee o David Hemmnings como el inspector Foxborough. 
 
Epílogo... Tras el éxito del libro en el que exponía su tesis, Knight publicó en 1984 otro texto que se convirtió automáticamente en un impresionante éxito de ventas. De hecho, a día de hoy se sigue reeditando. Su título es The Brotherhood: the secret world of the freemasons (La Hermandad: el mundo secreto de los francmasones) y gracias a él muchos británicos (y muchos ciudadanos del resto del mundo) comenzaron a tomar conciencia del poder real de esta organización en su país.
 
Pocos meses después de esta publicación, Knight fallecía. Según el parte médico, víctima de un tumor cerebral. Tenía 33 años.

 





lunes, 29 de octubre de 2012

Lee Jun-fan nos machaca

Cuando empecé mis estudios en la Universidad de Dios estaba convencido de que en breve aprendería suficientes conjuros y hechicerías como para convertir a todos mis enemigos en un montón de carbonilla sólo con recitar las palabras mágicas adecuadas y sin necesidad de tener que levantarme del sofá. Gran error. En contra de las creencias de los neófitos, el desarrollo de la divinidad requiere una serie de trabajos y esfuerzos sostenidos que no tienen nada de sencillo y desde luego no se parecen a la hechicería ni a lo que el vulgo suele denominar magia. 

Una vez que uno ha adquirido cierto dominio sobre esos conocimientos, es cierto que puede presentarse ante el mundo y actuar sobre él con gran parafernalia y asombro de los homo sapiens corrientes, que enseguida creerán estar ante un gran brujo con poderes sobrenaturales, pero la verdad es que todo esto tiene un coste energético elevado. Lo del Harry Potter de turno consiguiendo grandes efectos con una varita mágica de forma casi gratuita es pura fantasía: uno puede agotarse hasta quedar al borde de la muerte si se excede en el uso de los poderes mágicos.

Es por eso por lo que el Rectorado de la Universidad se empeñó en que todos los alumnos fuéramos sometidos a una estricta disciplina física para ponernos a tono y enseñar a defendernos ante cualquier peligro empleando tan sólo los recursos corporales normales. Ahí fue cuando nos sometieron a las demoledoras clases de Lee Jun-fan, nuestro implacable profesor de Destrucción del Paradigma a través de la Educación Física, emperrado en convertirnos en una especie de armas humanas, mediante la adquisición de determinadas técnicas de combate.

El primer día de clase nos formó a todos en el patio del pabellón de deportes y nos advirtió:

- Encerrarse en lo físico conduce al engreimiento y la rigidez, y a perder lo sutil y delicado. Limitarse sin embargo a lo intelectual, os llevará al idealismo, al exotismo..., y os restará eficacia y visión de la realidad. El entrenamiento está muy olvidado: se concede demasiado tiempo al desarrollo de la destreza y demasiado poco al desarrollo del propio individuo mediante su participación. El entrenamiento trata no con un objeto sino con el espíritu humano, con las emociones humanas... E implica disciplina de la mente y potencia y resistencia del cuerpo. Entrenamiento no sólo significa el conocimiento de las cosas que constituyen el cuerpo sino también el de las cosas que lo destruyen o lo dañan. Así que todo el mundo a correr alrededor del patio.

Y ahí nos tuvo, trotando y dando vueltas durante la hora de clase. No hicimos otra cosa. Si alguno se cansaba y reducía el ritmo o incluso trataba de simplemente caminar, Lee Jun-fan iba junto a él y empezaba a darle tobas en las orejas, hasta que el sufrido alumno se veía forzado a volver a correr para quitárselo de encima.

Resoplábamos y sudábamos, corriendo alrededor del patio interminable y él no paraba de exigirnos más.
 
- ¿Por qué protestáis? ¿Por qué sois incapaces de correr? A diario en vuestra vida normal tenéis oportunidades para ejercitaros y reforzaros físicamente, pero no lo hacéis. Caminad siempre que podáis, aparcando el coche más lejos del lugar a donde vayáis. Evitad siempre el ascensor: en lugar de ello subid andando por las escaleras. Cultivad vuestra conciencia imaginando que alguien os ataca mientras estáis sentados, de pie, tumbados, haciendo lo que sea..., y enfrentad mentalmente el ataque con movimientos diferentes: los movimientos simples son siempre los mejores. Practicad el equilibrio quedándoos sobre un solo pie al vestiros o calzaros o simplemente mientras esperáis a alguien. Inventad vuestros propios ejercicios, siempre flexibles, siempre preparados, siempre en una posición de alerta tranquila, como el gato. Debéis conseguir un cuerpo de póker, que no es otra cosa que un cuerpo que no revela a los demás nada acerca de sus posibles movimientos, de la misma forma que una cara de póker nada revela a los demás acerca de sus posibles cartas.
   

Cuando sonó la campana de fin de la clase y nos dejó por fin descansar, estábamos todos convertidos en papilla, completamente derrotados. Y eso que era sólo el comienzo del curso de este año. Al salir del patio del pabellón  deportivo, un alumno le preguntó si no le parecía que había sido un poco duro para ser el primer día de clase. Serio y enigmático, como de costumbre, Lee Jun-fan replicó:

 
- Para llegar a ser diferentes de lo que somos, primero tenemos que tener alguna conciencia de lo que somos.









 

viernes, 26 de octubre de 2012

Citando a Ovidio

Publio Ovidio Nasón fue uno de los grandes poetas de la antigua Roma. Como poeta, disponía de una sensibilidad especial que le permitió escribir versos tan emotivos como los del Ars Amandi (Arte de amar). Como romano de la Antigüedad con cierto nivel intelectual y capacidad de maniobra, pudo acceder a algunos conocimientos hoy denostados, sepultados y hasta prohibidos por la dictadura del racionalismo, controlada por mentes muy distintas a las que aparecen en primer plano en los medios de comunicación contemporáneos. Parte de esa sabiduría se refleja en su obra clave: Metamorphoseon  (Las metamorfosis).

En este libro se encuentra una de las más brillantes descripciones de la evolución material del mundo, posteriormente empleada como base de reflexión por diversos pensadores de interés a lo largo de los siglos. Ovidio debía conocer el llamado "mito de las edades" recogido por Hesíodo en Los trabajos y los días y, seguramente, manejó los textos de algunas otras fuentes orientales como las que a su vez empleó el griego para su propia obra. En su época, aún no se había cometido el mayor crimen contra la inteligencia (de la larga serie de crímenes que conocemos..., a la que habría que sumar los que ignoramos) en la Historia de la Humanidad: la destrucción premeditada de la Gran Biblioteca de Alejandría.

Hay ciertos textos que, es inevitable, al leerlos con atención resuenan de alguna forma en la sangre de aquéllos que aún no han perdido cierta capacidad de conexión con mundos más sutiles (ésos que, según el Materialismo y la Razón jamás han existido más que en la febril imaginación de los desequilibrados). Textos a los que, aun en apariencia fabulosos o incluso imaginados, algo dentro de nosotros nos empuja a conferir credibilidad y buscar la manera de refrendarlos. Esas palabras actúan como una canción de amor aprendida durante la infancia: una melodía que habíamos olvidado hasta el punto de ser ya completamente inconscientes de su existencia pero que, al recordarla por puro azar, nos devuelve la nostalgia por una época difusa de la que somos incapaces de recordar detalles si bien sabemos que fuimos felices. En otro tiempo, en alguna otra parte...

Cualquier lector regular de esta bitácora sabe que no creo (nadie en la Universidad de Dios lo hace) en la teoría de la evolución tal y como se enseña en la actualidad. Semejante afirmación me ha valido duros debates y crispadas declaraciones, en especial por parte de colegas del intelecto a los que lo que más les molesta es, cito el reproche más habitual, que "seas precisamente tú, un tipo con una carrera universitaria, con una profesión basada en la información y autor de tantos libros, el que te pongas al nivel de los fanáticos religiosos o de los simples ignorantes". Sin embargo, y esto es un hecho muy racional, a día de hoy nadie ha sido capaz de explicar con coherencia (ni creo que sea posible hacerlo) cómo es posible que un grupo de monos, o incluso un solo mono en última instancia, sea capaz de cambiar por sí solo y sin ayuda externa millones de años de condicionamiento genético de un día para otro. Cómo es posible que donde no hubiera, de repente empiece a haber. Que donde jamás encontramos razonamiento humano, ni lenguaje, ni aspiraciones trascendentes..., de repente todo eso aparezca como por un acto de magia. Y, además, mientras el resto de condicionamientos de otras especies sigue sin moverse ni un milímetro. Quiero recordar que la propia Ciencia hace mucho tiempo que denunció y hundió en el fango de los errores imperdonables la absurda teoría de la "generación espontánea", la creación a partir de la nada..., pero parece que hay algunos que no hacen ascos a su recuperación, convenientemente maquillada, cuando les interesa.

Hay otras leyes científicas bien asentadas, que el mundo "culto" de hoy se salta a la torera de manera sistemática cuando surge un debate sobre un asunto tabú de este porte. Por ejemplo, los mismos que condenan las creencias espirituales aduciendo que no existe prueba alguna de la supervivencia del ser humano tras la muerte del cuerpo físico son los que luego defienden a capa y espada leyes tan científicas como aquélla según la cual la materia es equivalente a la energía (de hecho, la manifestación más densa de la energía) o aquélla otra según la cual la propia energía ni se crea ni se destruye sino que sólo se transforma (¿Qué son, sino formas de energía, todas las experiencias, los anhelos, la memoria, los vicios, las reflexiones, las ideas, las virtudes, los deseos..., vividos por cada uno de los seres humanos? ¿Y a dónde van, quién se queda con ellos, tras el fallecimiento de la persona que los generó?)

De la misma manera, conocemos el más que científico concepto de entropía: esa magnitud física que determina el porcentaje de energía que no puede emplearse para producir un trabajo. Es decir, la parte de energía que ya se ha gastado y por tanto no puede ser vuelta a utilizar en un sistema cerrado. El segundo principio de la termodinámica deja bastante claro que el equilibro de ese sistema varía progresivamente gracias al incremento, también progresivo, de la entropía: poco a poco, la energía disponible irá disminuyendo su porcentaje, hasta que llegue un momento en el que no quede energía disponible de ningún tipo. ¿Y entonces? 

Aplicando este principio a la Historia de la Humanidad, comprobamos su completa contradicción con el presunto desarrollo de la civilización. Se supone que empezamos siendo simios primitivos que (insisto por enésima vez) nadie sabe por qué ni por qué no un día nos dio por bajarnos del árbol y ponernos a pensar. Y que desde entonces no hemos parado de mejorar hasta alcanzar en este momento un nivel de desarrollo y comodidades nunca antes visto durante el fugaz paso de nuestra especie por este planeta. Pero, según la ley de la entropía, en realidad debería haber sucedido al contrario. Deberíamos haber comenzado siendo una poderosísima y desarrolladísima civilización (Salida ¿de dónde? Ésa es otra espinosa cuestión..., aunque hay que ser, en efecto, un poco corto de mente para imaginar como responsable de la misma a un demiurgo malencarado jugando con arcilla, como es el judeocristiano) que a lo largo de los siglos, los milenios, incluso los millones de años, habría yendo cada vez a peor por culpa de la decadencia de todo lo material. Sí, hasta el punto de que algunas familias humanas habrían degenerado al estado simiesco, mientras el resto de los homo sapiens se empeña en seguir el mismo camino gracias a su estúpida costumbre de poner apabullantes creaciones tecnológicas a disposición de unas gentes en las que priman (echemos un vistazo alrededor) cada vez más los instintos depredadores y de rapiña. 

Es posible, aunque tampoco pondría la mano en el fuego, que jamás el homo sapiens haya disfrutado de tantas comodidades generales y personales como en la actualidad (desde la calefacción y el aire acondicionado hasta el transporte supersónico, pasando por la comida congelada o la posibilidad de disfrutar de un concierto en el salón de la propia casa) mas ¿acaso eso le ha hecho mejor, como ser humano? Todo lo contrario. ¿Dónde están, hoy, los grandes filósofos, los grandes humanistas, los grandes artistas, los grandes aventureros incluso..., que proliferaron en la antigüedad? ¿Dónde están, siquiera, las personas buenas? No hace tantos años, la gente llegaba a un acuerdo y bastaba con un apretón de manos para cumplirlo, porque nuestros antepasados, incluso los más recientes, conocieron lo que era el honor. Hoy día, un porcentaje apabullante de acuerdos jamás se cumplen, ni aunque exista un contrato con penalizaciones de por medio... Y así todo.

Volviendo al debate evolución versus involución, resulta que los mitos, todos los grandes mitos de las viejas culturas, explican el desarrollo del mundo exactamente como lo hace la ley científica de la entropía y no según las fantasías y especulaciones (hoy convertidas en verdaderos dogmas de fe) de un inglés amargado del siglo XIX. Todas esas explicaciones  parten de lo que popularmente se conoce como la Edad de Oro, donde todo era perfecto, y que fue progresivamente degenerando hasta nuestros tiempos.

Citando a Ovidio:

"La Edad de Oro fue la primera de todas y en ella se manifestaban sin coacción alguna la fidelidad y la justicia, sin necesidad de leyes ni jueces para cuidar de ellas. No se conocía el miedo ni el castigo, ni hacía falta grabar en bronce para
que fueran leídas  las leyes, ni nadie se sentaba temblando ante un magistrado, ni había necesidad de defensor. No había sido cortado árbol alguno de los montes ni había entrado en los mares para viajar y descubrir tierras extrañas, ni el hombre conocía más país que aquél en el que había nacido. No rodeaban las ciudades fosos ni murallas, no había clarines marciales, ni trompas, ni cascos, ni espadas, pues los hombres vivían sin ejércitos, tranquilos y disfrutando de su ocio. La tierra misma, libre de toda carga, no hendida por azadones ni arados, producía todo género de frutos y los hombres, contentos por los alimentos generados de manera natural, recogían los madroños, las fresas silvestres, las moras de la zarzas, las bellotas que desprendía la copa del árbol de Júpiter. La primavera era eterna y los céfiros apacibles acariciaban con su soplo agradable las flores, que nacían sin necesidad de ser plantadas. También la tierra, sin haber sido labrada, producía la mies y el campo, sin cultivo, se cubría de espigas granadas. Manaban ríos de leche, ríos de néctar y la verde encina destilaba menudas gotas de miel dorada."

Ovidio contempla y describe en Las metamorfosis las dos edades siguientes. La de Plata, "inferior a la de Oro pero superior a la del pálido Bronce", se caracterizó por la irrupción de Júpiter como nuevo dueño del cortijo. Lo primero que hizo el dios tronante fue imponer las cuatro estaciones del año: "el invierno, el estío, el inconstante otoño y la corta primavera". Por ello los hombres se vieron obligados a buscar un lugar donde mejor guarecerse. Otra de las novedades de este tiempo fue la aparición de la agricultura, "cuando las semillas de Ceres se introdujeron en los largos surcos y los bueyes gimieron bajo el peso del yugo". A continuación llegó la de Bronce, "más feroz en sus condiciones naturales por la crueldad de los seres vivientes y más pronta a los combates terribles aunque no fue, sin embargo, del todo viciada".

Y llegamos así a la cuarta edad, la del Hierro, protagonizada por "un metal tan vil que propició la aparición de todo tipo de crímenes. Desaparecieron el pudor, la verdad y la lealtad y su lugar fue ocupado por el fraude, la traición, el engaño, la violencia y la codicia. El marino entrega sus velas a los vientos sin conocerlos y las maderas de los barcos que durante tanto tiempo habían estado en las alturas de los montes fueron lanzadas a la furia de las olas desconocidas. El diestro agrimensor señaló límites a la tierra, antes común para todos como lo eran la luz y el aire y, no contentos con las fecundas cosechas obtenidas, se penetró en las entrañas de la tierra para arrancarle las riquezas que escondía, depositadas en los infiernos por ser el origen de innumerables males. Ya estaba descubierto el dañino hierro y el oro, aún más perjudicial, porque la guerra usa ambos para luchar y hacer resonar por todas partes el estruendo de las armas manejadas por manos sanguinarias. Se vive del robo y el huésped arriesga su seguridad igual que el suegro ya tampoco está seguro del yerno, la concordia entre hermanos es rara. El esposo planea quitar la vida a su mujer y ésta, al marido. Las madrastras despiadadas hacen uso del veneno. Los hijos, antes de tiempo, averiguan los años que aún les queda por vivir a sus padres. La piedad yace derrotada en el suelo y la doncella Astrea, la última de los dioses, abandona la tierra empapada con la sangre de la maldad".
 
Me da la impresión de que la Edad de Hierro se adapta mejor que la de Oro, como descripción de una época, a los tiempos que vivimos.


  






miércoles, 24 de octubre de 2012

La invención del pueblo judío

Uno de los motivos por los que me decidí a ejercer la profesión de periodista en esta reencarnación fue la sorpresa personal que me llevé, siendo más joven que ahora, al comprobar muy directa y personalmente la facilidad con la que se puede manipular al homo sapiens: esa criatura que se las da de poseer inteligencia y libre albedrío. El asombro derivó en pura curiosidad por conocer cuáles eran los mecanismos concretos, cómo había que tocar las teclas de su personalidad para inducirle en un sentido o en otro hacia la forma de actuar requerida. Mi objetivo no era tanto convertirme en amo de títeres de las marionetas humanas sino evitar transformarme yo mismo en una de ellas. Taitantos años después, voy teniendo una ligera idea de cómo funciona el asunto. Hay una serie de reglas fijas, sencillas y fáciles de aplicar: la clave, quizá, está en carecer de escrúpulos para ejecutar esas reglas. 

Por ejemplo, tomemos la Biblia, el libro más famoso del mundo, del que ya hemos comentado algunas cosillas en esta bitácora. Cualquier persona medianamente ilustrada (es decir, que sepa leer y razonar lógicamente) y que se haya tomado la molestia de entretenerse con este volumen se habrá dado cuenta de varias cosas. Por citar sólo tres:

* En primer lugar, que es uno de los libros con mayor número de actos criminales jamás publicados (sobre todo, si leemos una edición con una antigüedad de al menos cincuenta o sesenta años, porque las últimas han sido edulcoradas hasta la extenuación, como si los lectores de hoy fueran corderitos ingenuos e incapaces de soportar los contenidos, no como nuestros ancestros). Hay de todo: desde asesinatos hasta auténticos genocidios, desde robos de mayor o menor cuantía hasta soberanas estafas, desde justificación del incesto hasta promoción de la poligamia con especial menosprecio y humillación de la mujer... Ni siquiera el Juego de Tronos de JRR Martin contiene más actos inhumanos y despreciables, cometidos incluso por un ente personalista tan poderoso como demoníaco que es adorado con el nombre de Dios Creador (y lo pongo con mayúsculas porque así aparece ahí, no porque le tenga el menor respeto). 

* En segundo lugar, que se presenta como una colección de textos de una sola religión cuando existen (al menos) dos religiones muy diferentes bajo el mismo título: la racista, xenófoba, violenta y sanguinaria agrupada en buena parte de los textos del llamado Antiguo Testamento y la pacifista, universalista, blandita de carácter y hasta se podría decir que promotora de moral de esclavo agrupada en la mayoría de los textos del llamado Nuevo Testamento.

* En tercer lugar, que una persona lo suficientemente instruida en Mitología e Historia podrá detectar con suma facilidad cómo la inmensa mayoría de las narraciones moralizantes y hasta de los personajes principales que aparecen tanto en la primera como en la segunda parte no son en absoluto originales. De hecho, no son otra cosa que reinterpretaciones (en algunos casos, copias groseras) de las narraciones moralizantes y los personajes principales que aparecen en las culturas que precedieron a los autores de la Biblia. Básicamente, en la antigua Mesopotamia y en el antiguo Egipto, pero también en Grecia, Frigia y otras culturas mediterráneas.

Bien, sabiendo esto, ¿cómo es posible que a día de hoy, 24 de octubre de 2012, se sigan publicando sucesivas ediciones de este libro en todo el planeta con el título de Sagrada Biblia? ¿Cómo es posible que se cite sus textos constantemente en los servicios religiosos con la coletilla "Palabra de Dios"? ¿Cómo es posible que sea el origen y sustento de las tres religiones monoteístas más extendidas del mundo? ¿Cómo es posible que haya gente que viva por, para y según los preceptos contenidos en sus páginas y, aún más, que esté dispuesta a morir por ellas?

Y éste es sólo un pequeño ejemplo de la manipulación.

Supongo que a estas alturas ningún lector habitual se sorprenderá ante los párrafos precedentes. El motto de este blog dice: "Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes". Es en recuerdo de un viejo amigo de una vida anterior que sintetizó magistralmente en sus libros buena parte del espíritu de aquéllos que en su día sentimos la llamada en nuestro interior y, en consecuencia, decidimos ingresar en la Universidad de Dios..., con entretenidas consecuencias personales de todo tipo.

Pero estábamos en la manipulación. Lo de la Biblia es sólo una muestra de lo fácil que es inventarse un pasado, una Historia, incluso una divinidad..., y hacer que la gente corriente lo asuma como algo no sólo real sino perfectamente válido en los tiempos contemporáneos. Hay otro libro que se publicó no hace mucho que abunda en este asunto y que ha resultado muy polémico en el propio país de su autor. Tan polémico, que sus ediciones posteriores en inglés, francés y español (originalmente apareció en hebreo) han sido, no voy a decir censuradas, sino, digamos, silenciadas desde el punto de vista publicitario y de promoción, para que no obtenga una gran difusión. Y
sin embargo, la merece. El libro se titula La invención del pueblo judío y lo firma Shlomo Sand, un historiador israelí profesor titular de la Universidad de Tel Aviv, que ha desatado la cólera de muchos de sus conciudadanos con un análisis lúcido e implacable de la realidad. Y no se puede decir que Sand sea un tipo precisamente sospechoso de revisionismo histórico ni nada parecido. Sus padres, de origen polaco y simpatías comunistas, sobrevivieron a los KZ, los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, y emigraron, como tantos otros judíos, hacia el gran sueño del Sionismo en 1948. Shlomo combatió en las filas del ejército israelí durante la Guerra de los Seis Días y se graduó en la Universidad de Tel Aviv donde hoy ejerce su profesión. También ha enseñado en universidades francesas y norteamericanas y ha cosechado diversos honores universitarios. Pero..., ha cometido un gran, terrible, pecado en su sociedad con la publicación de este texto, que le ha llevado a ser criticado, insultado y despreciado en su país. El pecado es el cuestioniamiento del sionismo: la columna vertebral de la política y la sociedad (por no mencionar la religión) de Israel.

¿Qué dice La invención del pueblo judío? Básicamente, posee dos ideas tabú. Ideas que no son originales, porque fueron defendidas incluso por los propios sionistas de los primeros tiempos, pero que en la actualidad no parecen muy políticamente correctas. La primera: que la mayoría de los judíos, hoy, no son descendientes del pueblo judío original y su linaje ni siquiera proviene de Oriente Medio, sino de pueblos conversos a esta fe, la mayoría de ellos procedentes de fuera de Palestina. La segunda: que los únicos y verdaderos descendientes de los judíos antiguos son..., ¡los actuales palestinos!

 Tal vez lo mejor sería dar la palabra al propio Shlomo Sand. Poco después de la publicación del texto original, en 2008, fue entrevistado por el diario español Público. Éstas son algunas de las cosas curiosas que contó en esa entrevista:

* "El pueblo judío es una invención cristiana. Pongamos por ejemplo el supuesto exilio judío: nunca existió. Cuando los romanos destruyeron el Templo en el año 70 de la era cristiana, no expulsaron a los judíos por la fuerza. Los romanos nunca exiliaron a pueblos, algo que sí hicieron los asirios y los babilonios con algunas elites (...) La historia sionista tomó un mito cristiano del mártir Justino que fue el primero que dijo en el siglo III d.C. que Dios había castigado a los judíos con el exilio porque no aceptaron a Jesús. Ésa es la primera vez que alguien afirma que los judíos fueron deportados (...) los romanos no permitieron a los judíos que vivieran en Jerusalén, pero los cristianos crearon la fantasía de que no se les permitió vivir en toda Judea (...) Nunca hubo exilio. No hay ningún libro científico que lo diga."

* "La idea del nacionalismo judío se cimentó en la segunda parte del siglo XIX (...) Los judíos empezaron a pensar que eran un pueblo desde el segundo Templo (cuando la destrucción a manos de los romanos) (...) pero eso es una invención (...) No creo que haya habido un pueblo judío hasta la época reciente. Incluso le diré que ni siquiera pienso que hoy exista un pueblo judío (...)  Atención, el judaísmo fue el que se dispersó, no los judíos. Es cierto que salieron comerciantes y soldados que llevaron consigo la idea monoteísta, pero no fueron muchos. Los macabeos conquistaron Edom y obligaron por la fuerza a sus habitantes a convertirse al judaísmo, por ejemplo. Lo mismo pasó en Galilea. Desde el siglo II a.C. hasta el siglo II d.C., el judaísmo fue el primer monoteísmo proselitista."

* "La inmensa mayoría de judíos en el Mediterráneo no venían de Palestina. Eran conversos. Desde la época de Adriano, en el siglo II, se experimentó una drástica caída del número de judíos, pero fue porque muchos se convirtieron al cristianismo. De cuatro millones de creyentes judíos se bajó a un millón (...) Otro ejemplo es el de los judíos de Yemen: también hubo un reino judío en Yemen durante 120 años, a finales del siglo V y principios del VI, una tribu que se había convertido al judaísmo (...) Con los jázaros ocurre exactamente lo mismo: es el judaísmo, y no los judíos, el que se expande. La masa democráfica más numerosa es la de los jázaros. Es curioso que el sionismo reconoce la importancia de los jázaros hasta 1967 y después deja de ser una tesis legítima (...) los mongoles expulsaron a los jázaros hacia Europa (...) Los judíos de Polonia y de otros países de Europa Oriental sólo pueden venir de los jázaros."

* "Me he preguntado a menudo por qué había tantos judíos en España y no en Francia o Italia, por qué había tantos judíos en el lugar geográficamente más alejado de Palestina (...) Creo que la respuesta se ha de buscar en la conquista bereber de judíos y musulmanes. El conquistador Tariq ibn Ziyad pertenecía a la tribu Nafusa, la misma tribu de la reina Kahina (...) hay una reina judía bereber, Dahia Kahina, que luchó contra los musulmanes. El historiador árabe Ibn Jaldun menciona que en la zona había tribus judías muy populosas (...) Si en 711 Tariq ocupó un puesto tan destacado es muy posible que en 694 fuera un soldado en el ejército judío de Kahina. No puede ser de otra manera. Con gran seguridad Tariq era un judío que se convirtió al Islam (...) Muchos judíos se sumaron al ejército musulmán porque padecieron mucho durante los reinos visigodos (...) Si leen los testimonios antiguos, se ve que los cristianos acusan conjuntamente a los musulmanes y a los judíos de la conquista de España." 


* "Si no hubo exilio en  Palestina, si los romanos no expulsaron a los judíos, ¿qué les ocurrió a los judíos de Palestina? Muchos historiadores israelíes, incluyendo Yitzhak ben Zvi, el segundo presidente de Israel, o David Ben Gurion, afirman hasta 1929 que los palestinos árabes son los verdaderos descendientes de los judíos (...) Sin embargo, decir esto hoy es causa de escándalo (...) El sionismo nació entre Alemania y Polonia y por eso recibió una forma medio alemana y medio polaca (...) y para el sionismo el judaísmo es pueblo y nación (...) El sionismo no era religioso pero utilizó la religión porque no disponía de otros instrumentos para delimitar el judaísmo (...) Al día de hoy, el sionismo conserva su carácter etnoreligioso y eso destruirá el Estado de Israel (...)  El Estado de Israel dice que es el Estado del pueblo judío y que es un Estado democrático y judío a la vez, y eso es un oxímoron, una contradicción, porque un Estado democrático pertenece a todos sus ciudadanos. Sin embargo una cuarta parte de los ciudadanos de Israel no son judíos pero el Estado dice que pertenece sólo a los judíos (...) ¿Cuánto tiempo puede durar esa situación?"

 Pensar en todas estas cosas resulta intelectualmente muy estimulante porque nos proporciona un ángulo novedoso y seguramente más próximo a la realidad que las fragmentarias y tópicas imágenes que conservamos, fruto de la cada vez más deficiente educación contemporánea. No obstante, hay que reconocer que resulta también muy incómodo para todas esas personas cuya idea sobre el antiguo mundo y los pueblos del Mediterráneo Oriental se reduce a los clichés impuestos a las grandes masas precisamente a partir de los años sesenta por las superproducciones "bíblicas" de Hollywood (financiadas, por cierto, en su mayor parte por capital judío).

Cerrando el círculo respecto al comienzo de este artículo, Shlomo Sand advierte de que nunca debemos olvidar que "la Biblia no es un libro histórico, es un libro de teología. Fueron los protestantes, y luego los judíos, los que convirtieron la Biblia en un libro de historia".
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 22 de octubre de 2012

La Divinidad no precisa razones lógicas

El mundo en dos dimensiones de la hoja de papel cuadriculada nunca había estado más revolucionado. 

Las noticias que llegaban de los países/páginas precedentes eran confusas pero todas coincidían en algo: la Divinidad se estaba manifestando, aparecía sin previo aviso y mostraba su presencia gloriosa con signos y marcas ininteligibles. 

Los habitantes/cuadritos del país/página trece esperaban inquietos la que consideraban inminente aparición de un ser inefable, incognoscible, dominador...

 Si hubieran podido salirse, o al menos desplazarse, a través de su territorio, el que conocían desde siempre..., pero aquello era imposible. Habían nacido impresos en un punto concreto de la hoja de papel y no había forma de desplazarse. Así que se limitaban a cuchichear entre ellos, aguardando las decisiones del Todopoderoso. 

Un día apareció sin más. Sin avisar. Sin prevención alguna. Simplemente manifestó su presencia y una fuerza nunca antes vista se plasmó sobre ellos. Un lápiz de colores, perteneciente a un mundo de tres dimensiones, marcó el país/página sobre los aterrados habitantes/cuadritos de dos dimensiones. Incapaces de ver ni de entender el lápiz, ellos sólo sentían su dibujo apareciendo nadie sabía de dónde y desapareciendo por el mismo camino.

Pero la Divinidad de seis años que pintarrajeaba el cuaderno rasgó el país/página, lo cortó en trocitos y lo tiró a la basura. Los habitantes/cuadritos vieron desaparecer su mundo, sintieron cómo eran destruidos y nunca llegaron a saber las oscuras razones por las que fueron condenados. Aún en el momento en el que eran arrojados al profundo abismo de la papelera, sin saber su destino final, sin comprender el acto mismo de caer a través de un mundo de tres dimensiones, seguían rezando a la Divinidad para que les perdonara.

Simplemente, a la Divinidad no le había gustado su dibujo.

viernes, 19 de octubre de 2012

¿Qué crees que estás viendo?

James McDonald Vicary fue ese famoso y experto publicista norteamericano que pasó a la historia del sector gracias a uno de los experimentos más polémicos jamás diseñados (entre los que se han hecho públicos) para el control del consumidor: la aplicación práctica de los mensajes subliminales y su eficacia a la hora de forzarle a adquirir un determinado producto sin que él se dé cuenta de lo que está ocurriendo e incluso pensando que sus decisiones dependen exclusivamente de su voluntad. La percepción subliminal o inconsciente es, recordamos, aquélla  que se produce por debajo (sub) del límite (liminal, de limes: frontera) consciente y por tanto se refiere a todos esos mensajes que nos bombardean cada día en cantidades descomunales (mucho mayores de lo que corrientemente imaginamos) y se alojan en nuestro inconsciente, desde donde nos dirigen sin permiso. De repente, "tenemos ganas" de algo sin saber por qué o "nos apetece" cualquier cosa concreta por nada en especial..., y consideramos que lo que pensamos, deseamos, odiamos o hacemos es siempre gracias a nuestro libre albedrío. ¿Y si fuera posible influenciar de esa manera a la gente para que comprara y consumiera nuestros productos? ¿O para que apoyara a nuestros políticos? ¿O para que aprobara nuestros planes, por descabellados que éstos fueran?


El experimento de Vicary pretendía demostrar eso, en 1957, a través de la inclusión de publicidad oculta de palomitas y Coca Cola en algunos fotogramas de la película Picnic. La visión consciente de estos mensajes era prácticamente imposible para el ojo humano por la velocidad con la que eran proyectados, pero ingresaban al inconsciente e influían. Vaya si lo hacían: en los cines donde se proyectaban copias sin la publicidad, la venta de estos productos era normal. En la sala neoyorquina donde se proyectó durante una semana la copia manipulada, la venta se incrementó sensiblemente, según los datos que facilitó el propio Vicary..., y que condujeron a las autoridades norteamericanas de comunicaciones a advertir de que retirarían la licencia a quienes utilizaran esta forma ilegal de forzar los deseos de los consumidores.

Algunos años más tarde, en 1962, Vicary comentó en una entrevista que en realidad el experimento jamás llegó a llevarse a cabo, que todo fue una invención: "todo fue un truco" fueron sus palabras exactas. Tan sorprendente declaración, cinco años después (Si fue un truco, ¿por qué le dio tanta publicidad al mismo e incluso llegó a facilitar cifras formales de sus resultados? ¿Y por qué esperó 5 años para "desmentirlo"?), coincidió con el comienzo de una campaña de desprestigio de lo subliminal elaborada desde el gobierno de su país, que dura hasta hoy y que pretende convencernos de que, en realidad, este tipo de mensajes no tiene un gran efecto en la mente humana. Y si lo tiene, es pasajero y muy breve en el tiempo... Claro, será seguramente por ese motivo (porque la publicidad subliminal no es en absoluto peligrosa según las autoridades) por lo que tantos gobiernos del mundo, empezando por el de los propios Estados Unidos, mantienen estrictamente prohibido el uso de este tipo de publicidad y la consideran aún más detestable que la publicidad engañosa. Será por ese motivo por lo que la Ley General de Publicidad vigente en España, sin ir más lejos, la considera ilícita. Y será por ese motivo por lo que la Unión Europea ha estudiado la propuesta de prohibición con el fin de proteger, de manera específica por su vulnerabilidad, a menores de edad.

Es tan "poco eficiente" esta publicidad que apenas existen expertos conocidos que se hayan dedicado a estudiarla (no entro en los archivos de personal de las agencias de "inteligencia"). En el caso español, una de las mayores y mejores
 especialistas privadas es la doctora en Psicología Lucía Sutil (hábil apellido para una psicóloga, y más dedicándose a este asunto), que ha publicado algunas de las pocas joyas documentales que se pueden encontrar sobre este tema en nuestro idioma, como el estudio Estimulación subliminal. En su día me confesó cómo cierta gran empresa de este país, una de las más importantes de hecho, requirió sus servicios para que diseñara un programa específico de mensajes subliminales destinado a sus clientes..., y cómo ella, fiel como nadie al códido ético y deontológico de su profesión, se negó en redondo a cooperar renunciando así a una jugosa cantidad y al comienzo de una rentable carrera de puesta en marcha de publicidad subliminal de este tipo. 



Supongo que algún otro especialista con menos escrúpulos y menos fe en el espíritu humano tomó el relevo, puesto que hoy existen multitud de anuncios que emplean con mayor o menor descaro estas técnicas. A veces, incluso autoparodiándose para sortear las prohibiciones estrictas, como en el caso del desodorante que vemos aquí a la derecha y en el que las sugerentes caderas de mujer, con la sombra de vello público incluido, se transforman en un vulgar sobaco masculino. Eso sí, bien protegido, aireado e incluso atractivo gracias a la aplicación del producto en cuestión. Mi gato conspiranoico, Mac Namara, posee una amplia colección de imágenes subliminales que recorta periódicamente de diarios y revistas, y lo cierto es que algunas son muy meritorias por el ingenio que demuestran los creativos publicitarios..., pero todas ellas son una invasión clara de nuestra intimidad mental.

Demócrito decía, allá por el siglo IV antes de Cristo, que existen "muchas más cosas perceptibles de las que nosotros podemos percibir conscientemente". No sé si tenía ya en mente este concepto, aunque la principal característica de la mente libre es su capacidad de autoconciencia, que le permite tenerse en cuenta a sí misma, autopercibirse, en medio del maremagnum general en el que nos movemos, en el mundo de Maya.

En la actualidad estamos saturados de mensajes subliminales por todas partes. Aquí van algunos de los ejemplos seleccionados por el propio Mac Namara, la mayoría de ellos logotipos en apariencia ingenuos pero que, si nos fijamos, esconden más información de lo que parece. Comencemos por unos helados muy conocidos en Estados Unidos: los de la marca Baskin Robbins.
En el logo azul y rosa recuadrado en la parte inferior, las dos letras del nombre de la marca tienen distintos colores. ¿Por qué? Porque ésta pone a disposición de sus consumidores hasta 31 sabores diferentes. Por eso las letras son la mitad de un color y la mitad de otro. Por lo demás, si después de ver el anuncio tenemos ocasión de encontrarnos con algún 31 en nuestra vida diaria (vamos al número 31 de cualquier calle, marcamos un número de teléfono terminado en 31, vemos a un famoso que cumple 31 años...) esto nos recordará inmediatamente a los helados. Hemos conseguido un doble impacto publicitario en una sola imagen.


Este segundo logo fue muy criticado en su día en el sector publicitario. La marca roja y blanca de LG (Lucky Goldstar) recuerda vagamente a una cara sonriente, aunque siempre queda la duda de dónde está el otro ojo y por qué le falta un trozo a la cabeza, como si fuera una pizza a la que le hubieran cortado una porción. Sin embargo, si giramos levemente el logo hacia la derecha y tomamos lo que podría ser la nariz de la cara para completar la parte de la cabeza que falta, ¿qué obtenemos? Uno de los iconos ochenteros más famosos: el comecocos. LG produce sobre todo productos electrónicos (teléfonos móviles, televisiones, informática...), asociables con facilidad, a nivel inconsciente, con la diversión y el entretenimiento que representa el monstruito amarillo come puntos.



 Algunos logos son mucho más sutiles y hasta poéticos. Por ejemplo, el de Bird Love, que representa textualmente lo que significa: Amor de Pájaro. ¿Que vemos en esta imagen: un corazón...
... o dos pájaros uno encima del otro agitando sus alas a contrapelo?



Particularmente me llaman mucho la atención este tipo de símbolos. No son fáciles de conseguir, pese a su aparente simplicidad. Véase el caso de Boxit. Literalmente, la SillaCaja. El dibujo se puede ver de dos maneras. A primera vista parece una silla, sí...
 ... pero si se mira desde abajo, simula más bien una caja con la tapa abierta.




Algunos logos son especialmente raros y uno sólo puede apreciarlos si sabe su significado. ¿Qué es esto?
No es una palabra de un idioma exótico. Fijándose un poco más, semeja el esquemático dibujo de una cabeza de persona con dos manos actuando al lado... Cambiemos la "mano" derecha por una batuta y resolveremos el problema: es el logo de la London Simphony Orchestra.




La publicidad emplea todo tipo de signos y sugerencias. Por ejemplo, la imagen de los espartanos se ha empleado de dos maneras principales: para simbolizar austeridad y para dignificar un tipo de hombre duro y sacrificado. Por eso este club de golf, llamado Spartan emplea este logo. ¿Qué es esto? ¿La cabeza y el casco de un antiguo guerrero espartano...
... o simplemente un jugador de golf golpeando la bola?



Claro que puestos a hablar de golf, citemos una modalidad especial: el golf nocturno. Night Golf. Se juega por la noche, así que ¿qué mejor que emplear la imagen de una luna decreciente para simbolizarlo?
Aunque si nos fijamos en la imagen, no es una luna lo que vemos iluminado a medias..., sino una pelota ¡de golf, por supuesto!





Algunos mensajes son más complicados de ver, pero con un poco de paciencia todo es posible. Para promocionar el yoga en Australia, se diseñó este dibujo en el una mujer realizaba un complicado equilibrio gimnástico en apariencia sin más lecturas...
Pero fijémonos en la imagen que dibuja su brazo, su pierna, su espalda y sus glúteos: es un mapa de Australia.





Y para redondear este breve repaso, añado uno de los logos favoritos de Mac Namara: Black Cat o Gato Negro. En realidad, mi gato es siamés, color canela y chocolate, pero todo lo que tenga que ver con felinos le fascina. 
¿Y qué tenemos aquí?
El secreto está en la letra C de ambas palabras..., que dibujan los ojos de un gato (negro, obviamente, confundido en la oscuridad del cuadro).


 Mi eslógan personal sigue siendo el mismo desde hace muchos años: 
Nada es lo que parece.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


miércoles, 17 de octubre de 2012

Barco a la vista

Disfrutaba yo el pasado fin de semana de una tranquila lectura de la Germania de Tácito mientras merendaba unas galletitas con trozos de chocolate cuando apareció Mac Namara bufando muy enfadado por la ventana. Hay que decir que ya no hace tan buen tiempo como para dormir con la ventana abierta como a mí me gusta (y como le gusta a mi gato conspiranoico, que así puede volver a casa a la hora que quiera de sus correrías nocturnas, pues siempre se va a encontrar esta vía de acceso a nuestro apartamento en el campus), pero aún así disfruto del aire fresco que entra desde fuera y que me recuerda a mi hogar en Valhalla. En fin, que estaba leyendo tan entretenido, recostado sobre mi sofá favorito, cuando Mac Namara se subió encima de mí y me puso prácticamente sus bigotes en mis narices.

- Ya han empezado con los estudiantes -dijo, con gesto torcido.

- Ya han empezado ¿a qué? ¿Quiénes han empezado? ¿Con qué estudiantes? -pregunté, un tanto alarmado; semejante frase pronunciada por Mac Namara podría significar muchas cosas: han empezado la Tercera Guerra Mundial asesinando un montón de estudiantes, han empezado el Apocalipsis con un sacrificio ritual de estudiantes, han empezado la nueva temporada de programas de telebasura con estudiantes como protagonistas...-  ¿Qué sucede, Mac?

- Ya han empezado a distribuir chips entre los estudiantes.

En más de una ocasión mi gato conspiranoico me ha hablado con detalle (y algunas veces lo he contado aquí) acerca del Verychip y sus derivados: esos pequeños e infernales artilugios de última tecnología, no más grandes que un grano de arroz, con los cuales aquéllos que gobiernan tras el telón pretenden ficharnos a todos y cada uno de los habitantes de la Tierra para clasificarnos y manejarnos igual que a vulgares objetos. En los últimos años se han realizado diversas pruebas con presos, ancianos e incluso un puñado de ingenuos voluntarios que creen estar ayudando al progreso científico dejándose insertar semejantes marcadores. Los trabajos realizados en este tiempo parecen demostrar que el lugar idóneo para colocarlos es la mano, aunque algunos expertos apuestan por la cabeza. 
 
Hasta que llegue el momento de generalizar la inserción de estos instrumentos de robotización y control total del ser humano dentro de su cuerpo, se siguen llevando a cabo diversas pruebas implantándolos en tarjetas de crédito, documentos de identidad, títulos de transporte y otros de este tipo. El nuevo DNI (Documento Nacional de Identidad) español, por ejemplo, lleva un chip insertado en el mismo que suple las carencias habituales en este tipo de acreditación y que en el pasado permitieron su falsificación con mayor o menor facilidad. Pero los chips han ido más allá y en este momento se han generalizado en muchos lugares dentro de los animales. Las competencias de identificación animal en España está legalmente controladas por las administraciones autonómicas regionales. Así, Madrid fue la primera
  región que obligó a esta identificación en el caso de perros y gatos, hace ya más de diez años. Por ley, el animal debe ser controlado desde los tres meses de edad, lo que se consigue a través de tatuajes con códigos oficiales en la oreja o en la cara interna del muslo..., o bien mediante un microchip inyectado bajo la piel en el lado izquierdo del cuello. Según reconocen las propias asociaciones protectoras de animales "sin lugar a dudas es mucho más utilizado el chip que el tatuaje, estando este último en claro retroceso. El chip es inocuo, prácticamente indoloro, puede inocularse a cachorros de muy corta edad, dura toda la vida y no se pueden falsear los datos."  

En Extremadura, este verano se publicaba en la prensa local que los perros y caballos que fueran encontrado sin chip podrían ser directa y legalmente robad..., digo, perdón, "retirados" a sus dueños. En el caso de los perros, trasladados a la perrera. En el caso de los caballos, trasladados a corrales. En ambos casos, instalaciones municipales donde los animales residirán según la nueva normativa diez días a la espera del dueño. Si éste se presenta, deberá pagar la multa por no haber puesto el chip en su día, el coste de implantárselo y la manutención del animal mientras estuviera allí alojado. Y en caso de no presentarse en el curso de esos diez días, no importa la razón (igual el dueño no sabía que el animal había sido capturado por funcionarios municipales y lo estaba buscando por cualquier otro lugar)..., ¡cualquier ciudadano puede exigir la donación del animal para él!  Según las autoridades locales: "todo animal que deba tener implantado chip y no lo lleve, no tiene dueño legal y hay que recogerlo".

Sabemos ya, pues, que los chips funcionan para controlar animales, incluso "cachorros de muy corta edad", así que ahora se trata de encontrar la excusa para empezar a inyectárnoslo masivame a los seres humanos. Los tres tipos de excusa que más se barajan son: económicas ("Fíjese, qué util es el chip para usted: no necesita llevar dinero encima, pues el chip recoge y actualiza nuestros datos financieros a medida que compramos y vendemos"), sanitarias ("Todo su historial de salud dentro de su chip, que podrá ser actualizado también en este sentido, con lo que si es necesaria cualquier intervención no hace falta perder tiempo buscando sus datos") y de seguridad ("El chip identifica una por una y de manera infalible a cada persona porque almacena todos sus datos personales: nadie podrá usurpar su identidad y además estará siempre localizado, si se pierde o lo secuestran"). 

 - Ésa es la excusa que están usando ya en Estados Unidos con los estudiantes -aclara Mac Namara-, la de la seguridad.

Y me cuenta que el Northside Independent School District, uno de los distritos escolares más importantes del Estado de Texas, en EE.UU., ya obliga a los alumnos a usar esta tecnología, aunque de momento sin necesidad de introducirla bajo la piel. Para que los estudiantes y sus familias se vayan acostumbrando a la idea, deben llevarlos permanentemente colgados del cuello, insertados en tarjetas colgantes. Aparatos de lectura de las ondas que emiten estos señalizadores y que están ubicados en toda el área de las escuelas controlan permanentemente la ubicación de cada niño.  Algunas familias han protestado por la obligatoriedad de una medida que consideran en exceso controladora para sus hijos, pese a que las autoridades escolares insisten en que gracias a ella "los niños estarán más seguros". Lo cierto es que los estudiantes que se nieguen a usarla no podrán participar plenamente en las actividades escolares como por ejemplo utilizar la biblioteca de los colegios o ingresar en el comedor. "Sin la tarjeta no estás autorizado a participar en la economía de la escuela" según las denuncias presentadas por varios padres

- Las familias más conscientes y en consecuencia más reacias a estas medidas de control cuentan con el apoyo de las organizaciones de derechos civiles, como la American Civil Liberty Union's Speech, que ya han advertido de que todo esto conduce a una "sociedad vigilada" cuando "se supone que el gobierno no tiene que vigilarte a menos que tenga una razón de peso para sospechar que estás involucrado en actos ilícitos". Además denuncian que este tipo de tecnología "implica coartar la libertad de expresión, el derecho a las libertades de asociación y la libertad religiosa". 

- Pero faltan apoyos políticos -apunto.

- Aún quedan algunos responsables con decencia. Sin salir de los EE.UU., en el Estado de Dakota del Norte se ha rechazado formalmente la implantación forzosa de chips, incluso para personas que cometan un delito. El senador Dick Dever, uno de los coautores del proyecto de ley para detener la implantación de este peligroso invento, comentó públicamente que "la tecnología es una cosa maravillosa porque crea todo tipo de oportunidades. Sin embargo, también ofrece todo tipo de abusos. Nuestro proyecto para prevenir la implantación de chips en individuos en contra de sus deseos sirve para proteger a la gente del abuso de esa tecnología."

- De todas formas, cada vez hay más voces a favor de los chips que acusan de exagerados y de tecnófobos a las personas a las que no les gusta... 

- Las empresas que los fabrican no hacen más que resaltar las bondades de sus productos. Por ejemplo, Applied Digital Soutions dice que su chip insertable bajo la piel es ideal para evitar la usurpación de identidad, garantizar el acceso seguro a un edificio o un ordenador, almacenar expedientes médicos, evitar secuestros y..., "una variedad de aplicaciones". Y luego están las opiniones de los "expertos" como el caso de Elizabeth Moon, fanática de la religión del calentamiento global y escritora de Ciencia Ficción de dudosa calidad, quien en una entrevista reciente en la BBC clamaba porque "a todo el mundo se le debería implantar un microchip en el momento de nacer para facilitar la identificación y eliminar el anonimato de la gente". Y añadía que si ella fuera "emperatriz del Universo" no dudaría en obligar a toda la gente a insertárselo.

- Resulta patético que una de las defensoras de los chips sea precisamente una escritora del mismo género que creó obras maestras de la prospectiva advirtiendo contra la tiranización y el control totalitario de la sociedad como "1984" o "Un mundo feliz" -me indigno.

- Más peligrosos que la tonta opinión de la Moon son artículos como el del Financial Times que recientemente anunció cómo la superpoderosa industria farmacéutica sustituirá en pocos años los tratamientos con pastillas e inyecciones por los impulsos eléctricos inducidos a través de implantes cerebrales en la lucha contra enfermedades como la epilepsia, la diabetes o la  depresión. Y debía saber de lo que hablaba porque citaba trabajos especificos de GlaxoSmithKline, uno de los colosos del sector. Otro diario de importancia capital, el Wall Street Journal, publicaba también hace poco la facilidad para colocar un implante en el cerebro. Un poquito de anestesia, una incisión en el cuero cabelludo, un taladro en el cráneo y, listo, ya se puede colocar el chip directamente sobre la superficie del cerebro. Apenas una noche de hospital y ya puedes irte a tu casa, bajo cibercontrol. Empresas del sector informático como IBM o Intel trabajan desde hace tiempo en sensores que, depositados en el cerebro, permitirán manejar ordenadores y móviles sin necesidad de teclado ni de ratón. 

- Y permitirán otras cosas, aunque de eso no se habla...

- Exacto. Permitirán controlar al implantado, para empezar. De la misma manera que hoy manejamos en nuestros ordenadores programas potentísimos y "gratis" (sólo en apariencia lo son: en realidad pagamos un precio muy alto por usarlos ya que toda la información que generamos es controlada y copiada con destino a los creadores de esos programas y, desde allí, quién sabe exactamente a dónde), los chips instalados en nuestro interior tendrán funciones "extra" que ni siquiera conoceremos. Imaginemos al gobierno de turno enviando las señales que más le interese al cerebro con microchip. Ordenándole lo que puede leer o no leer, investigar o no investigar, hacer o no hacer..., pensar o no pensar. Es la esclavitud robótica perfecta.

Quizás a estas alturas no haga falta señalarlo, pero Mac Namara no tiene chip insertado, a pesar de ser oficialmente un animal doméstico. Ergo podríamos considerarle un auténtico rebelde antisistema, lo cual añade un nuevo matiz a su ya de por sí compleja personalidad como gato conspiranoico y parlanchín.

- ¿Qué estás comiendo? -me pregunta entonces, con aire de suspicacia.

- Sólo son galletas con trocitos de chocolate -contesto.

- ¡Son galletas Chips Ahoy!  ¿Te estás riendo de mí o qué?