Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 6 de junio de 2012

Los Diez Mandamientos del Conspirador

Lo maravilloso de Internet es que es como la vida misma: tienes todo lo mejor y todo lo peor del ser humano al alcance de un click... O de cien mil, porque hay tanto donde escoger que a veces cuesta un poco llegar a donde uno quería exactamente. En ese sentido, no puedo sino reconocerme adicto a la Red por la cantidad de información de mi interés (incluidos tantos libros descatalogadísimos que pensé jamás llegaría a encontrar) que he hallado en ella. De hecho, mi principal problema es implantar (porque una vez implantados, los respeto bastante bien) una serie de filtros y autocontroles para no ser absorbido literalmente por la pantalla al estilo Carol Anne en Poltergeist.

Lo terrible de Internet es que es el lugar perfecto donde ahogar, deformar, manipular o hacer desaparecer, literalmente, una información. Hay infinidad de métodos para eso, como sepultarla bajo toneladas de datos (cuando buscas la confirmación de algo y te encuentras con un documento que te dice y 3.500 que te dicen no, la tendencia natural es a asumir el no, aunque la realidad sea que ) o, más a menudo, clonarla ad infinitum con esa herramienta tan terrible que es el "corta y pega", añadiendo si acaso ligeras variantes que convierte la búsqueda en algo más complicado que la de una aguja en un pajar. Otra posibilidad es mezclar verdades con mentiras, un clásico de la desinformación, gracias al cual se incrementa la confusión en torno a cualquier tema que interese aparezca lo más turbio posible. 

Mac Namara, que como todos sabemos es un auténtico erudito de las conspiraciones (menudos tostones me da, cada vez que se le pone en los bigotes la idea de que determinado suceso no es como nos lo han contado oficialmente), se pasa también mucho tiempo delante de la pantalla del ordenador. Más de una vez le he dejado ahí cuando me iba a la cama a dormir y al despertarme al día siguiente todavía seguía, absorto, estudiando y analizando datos. Claro, es un gato, así que luego se pasa el resto del día tumbado recuperando. O tal vez dándole vueltas a la información recopilada para armar sus complicados rompecabezas mentales. Siempre me he preguntado si los animales sueñan pero, en el caso de mi felino colega, estoy convencido de que, más que soñar, cuando cierra los ojos lo que hace es rumiar datos, igual que las vacas con la hierba.

El otro día comentábamos las listas sobre las conspiraciones más conocidas que circulan por Internet, elaboradas a veces por sus detractores (que a menudo se tienen a sí mismos como una especie de "espíritus puros" del pensamiento, muy por encima de sus "suspersticiosos" contemporáneos que creen en "cualquier cosa", a pesar de que muchos de los hechos citados no tienen realmente una explicación oficial seria) y a veces por sus creyentes (entre los que hay demasiados crédulos, ansiosos no sólo de aceptar la explicación más extraña antes que la racional, sino en descubrir personalmente algo "misterioso"). Mac Namara me decía:

- Richard Hofstadter, el historiador, escribió en su ensayo  "El estilo paranoico en la política americana" una frase muy curiosa. Dijo que: "Muchos de mis colegas imaginan a menudo la exsitencia de una vasta conspiración como fuerza motivadora de fondo en algunos acontecimientos históricos. ¡La verdad es que la Historia misma, toda la Historia, es una conspiración!" Y tenía toda la razón porque lo que el vulgo conoce acerca de los acontecimientos pasados y presentes es apenas un fragmento de la verdad total que demasiado a menudo suele ser muy diferente de lo que la gente cree.

- ¿Serías capaz tú de resumir las conspiraciones más importantes de la Historia?  -le reté, entonces.

- No, pero podría asumir provisionalmente la identidad de un perverso Moisés al servicio del Lado Oscuro y recitar los Diez Mandamientos del Conspirador, o sea, del enemigo número 1 de nos, los conspiranoicos...

Y dicho y hecho. Éstos son, según Mac Namara, las claves resumidas de la tenebrosa forma de actuar que tienen "ellos":

1º.- Amarás al Dinero, y en especial a su encarnación el Oro, sobre todas las cosas. En consecuencia, participarás activamente en todas las tramas que permitan enriquecerte financieramente a la vez que arruinar a la Humanidad.

2º.- No tomarás en vano el nombre de la sociedad oscura a la que pertenezcas y a la cual servirás fielmente hasta el fin de tus días sobre este planeta, seas illuminati, bildelberger, trilateralista, bohemian, etc (o todo ello a la vez).

3º.- No santificarás ninguna fiesta ni respetarás ninguna religión y, en especial, renunciarás al camino del Espíritu. Todo lo más, participarás en sacrificos sangrientos de los homo sapiens que para ti  no son más importantes que cualquier otra especie animal. Harás lo posible por enfrentar a los demás entre sí empleando para ello sus creencias, a fin de sacar provecho personal en forma de dinero y poder, para ti y tu sociedad oscura. Eso sí, lo harás discretamente y mostrando un aspecto de santurrón de puertas para afuera.

4º.- Honrarás y protegerás a tus superiores en tu sociedad oscura y a sus fieles lacayos con cargos decisivos en gobiernos (sobre todo en los especializados en autoatentados de falsa bandera), ejércitos (sobre todo los que ensucian su honor militar con programas demenciales como MK Ultra), laboratorios químicos y farmacéuticos (sobre todo los que desarrollan enfermedades artificiales para experimentar sobre la población o directamente para diezmarla, a través de vacunaciones irregulares, campañas masivas de medicación innecesaria o rociados de chemtrails), etc.


5º.- Matarás. Mucho y todo lo que puedas. O al menos ayudarás a matar y a organizar todo tipo de matanzas (organizando guerras, financiando mafias, instruyendo asesinos en serie, protegiendo guerrillas...), pero siempre sin que te pillen con las manos en la masa o tú mismo serás sacrificado sin miramientos. El demonio al que adoras y que vendes a los humanos como si fuera un dios verdadero necesita miedo, dolor y sangre para alimentarse y sobrevivir. Y tú, como su fiel sirviente, debes ayudar a satisfacerle.


6º.- Cometerás todo tipo de actos impuros que te venga en gana, porque no reconoces los límites de pureza o impureza que establece la Humanidad "normal", ya que estás por encima de sus miembros. Así, podrás humillar a sus hombres, mancillar a sus mujeres, pervertir a sus niños, destruir sus esperanzas, acobardar sus mentes, esclavizar sus almas y ordeñarles desde todos los puntos de vista siempre que así lo desees.

7º.- Robarás todo y en todas partes, sustituyendo tu botín por objetos sin valor que ocupen su lugar y mantengan engañados a tus víctimas. Robarás el dinero y dejarás en cambio cifras vacías. Robarás los libros importantes y las obras de arte más hermosas, dejando a la admiración ajena las migajas de la creatividad desarrollada durante generaciones. Robarás la Historia real, convenciendo a los demás de que tus mentiras y falsedades son hechos comprobados y verídicos. Robarás la propiedad pública de las naciones, su salud y bienestar generales, con la excusa de que "hay que hacer esfuerzos para salir de la crisis" (crisis que tú sabrás convertir en permanente).

8º.- Mentirás y pronunciarás todos los falsos testimonios que sea necesario para ocultar, proteger y potenciar tus actividades, negando en especial el conocimiento de los hechos "raros" que puedan escapar a tu control y difundirse públicamente e implicarte, haciendo peligrar tu posición. Formarás y pagarás a un cuerpo de protectores de tu posición, que te mantengan siempre a salvo (abogados, periodistas, publicistas, políticos y otros, a tu servicio) y respalden y mejoren tus falsedades.



9º.- Potenciarás todo tipo de pensamientos y deseos impuros, por la misma razón que en el mandamiento 6º, y siempre con la intención de materializarlos en cuanto sea posible. Y no sólo para ti, sino para todos los que pertenecen a tu clase. Sois la elìte: podéis hacer lo que os dé la real gana.

10º.- Codiciarás los bienes ajenos y te apoderarás de ellos sin remordimiento alguno y por todas las razones expuestas anteriormente. Cuando te canses de usarlos podrás destruirlos (en caso de objetos) o matarlos por puro placer (en el caso de homo sapiens).


Hummm...  La verdad es que leídos así, de corrido, no dejan de ser inquietantes... Menos mal que todo es una simulación de Mac Namara, y nada más.

¿No?
 




  







 


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