Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

viernes, 25 de marzo de 2011

Proyecto Cartele

Está el mundo tan complicado, hay tantos líos por tantos lugares y es tan fácil encontrarse con gente desagradable (aunque en el fondo me da la impresión de que siempre ha sido igual y la única diferencia es que en nuestra época moderna nos enteramos de muchas cosas que nuestros antepasados no sabían, porque vivían sólo lo que les quedaba más cerca) que he decidido dedicar el comentario de hoy, al borde del fin de semana, a fabricar risas. Bueno, en realidad, a repartir las que ya me he reído yo a cuenta de tres amigos argentinos que se conocieron trabajando en el sector de la publicidad: Machi Mendieta, Gastón Silberman y Esteban Seimandi.

Este equipo peculiar comenzó a coleccionar medio en broma medio en serio fotografías de carteles divertidos por lo chocante de los mensajes escritos en ellos por la gente anónima que los había confeccionado y pronto lograron reunir un álbum que se convirtió en la estrella de las fiestas en las que participaban. Hace diez años decidieron transformar su colección en un libro que llamaron Cartele y que fue acompañado por una página web en la que ofrecieron a sus visitantes la posibilidad de aportar sus propias fotos que hubieran obtenido en cualquier lugar del mundo. El éxito fue inmediato y espectacular: miles de aficionados a la cartelería bizarra comenzaron a enviarles sus imágenes. Hoy cuentan con más de 15.000 fotografías, la inmensa mayoría de ellas desternillantes, en su web del Proyecto Cartele (título también del segundo libro que publicaron) y revisar sus galerías es una de las mejores recomendaciones que se me ocurre hacerle a cualquiera que necesite levantar el ánimo y reírse un poco.

Machi, Gastón y Esteban explotaron el filón con un par de libros más (Entrada Boca de Lobo y Liquidación Total por Saqueo) además de organizar numerosas exposiciones y conferencias desde su Argentina natal hasta Estados Unidos, Cuba o España. En la actualidad, continúan en la brecha, gestionando una colección más que festiva de la que he extraído los siguientes ejemplos para animar a mis lectores a explorarla por su cuenta.

Todos los carteles están en español..., o algo parecido. Las fotos han sido "cazadas" en todo el territorio de habla hispana (incluyendo la península ibérica), aunque a veces parece que las hubieran capturado en otro planeta. Por ejemplo:
¡Debe ser que venden también pollos extraterrestres!
Claro que, puestos a regodearnos con la Ciencia Ficción, ¿qué tal si hablamos de una civilización submarina? Sólo unos hombres-peces podrían encontrarse con que se les prohíbe lo siguiente:


No nos olvidemos de los superhéroes. Sabido es que uno de los negocios que más ha crecido en los últimos años es el de las empresas de seguridad. Pero hay algunos vehículos de transporte que están protegidos por algo más que guardias armados..., si es que nos creemos este cartel:


Eso no pasa en otras empresas basadas en las ideas comunistas o, al menos, materialistas hasta la radicalidad. Si no, no se explica lo de algunas camionetas:


Y ya que estamos subidos en el vehículo, ¿a dónde viajamos? Pues a París, por ejemplo. O a Roma. ¡O a los dos sitios a la vez!


Para viajar, necesitaremos dinero en efectivo y, aunque el euro parece estar bastante fuerte últimamente, el dólar sigue siendo el dólar. Válido para comprar..., lo que dice este cartel:


 Eso sí, vayamos donde vayamos, mucho ojo con entrar donde nos dejen y no hacerlo donde esté prohibido. No vayamos a liarla...


Sólo espero que la "Boletería" no esté al otro lado del cercado, yendo por el camino tras el cartel... Aunque si pasáramos, siempre podríamos pedir perdón. Después de todo, ¿quién no ha metido la pata alguna vez en su vida? Alguno hay que ha cometido hasta un grave herror y de todas formas es capaz de pedir perdón de manera un poco..., original.


La "gorda" debe estar "encantada" de que la llamen así, la pobre... En cualquier caos, hay que conservar el ánimo hasta el final y no dejarnos vencer por las circunstancias. Dicen que cuando se cierra una puerta, Dios abre una ventana..., pero en el caso de la persona que escribió esta pizarra, debieron tapiarle la casa entera:


En fin, siempre podemos ir a tomarnos algo, para pasar el mal rato. ¡Ojo, hay que escoger bien el lugar, donde podamos estar tranquilamente!


Más carteles divertidos en Proyecto Cartele. Enhorabuena a sus fundadores y mantenedores por hacernos pasar un buen rato.




 

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