Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Están aquí...

Un grupo de preocupados ciudadanos de Denver, Estados Unidos, están dispuestos a llegar hasta el final en su proyecto de crear nada más y nada menos que una Comisión de Asuntos Extraterrestres. Si su propuesta liderada por un tal Jeffrey Peckman sale adelante, y hay mucha gente que la apoya (unos en serio y otros porque es un gran tema de conversación entre cerveza y cerveza en los bares de Denver), se sometería a referéndum su definitiva aprobación el próximo 10 de agosto coincidiendo con las elecciones primarias a varios cargos en el Estado de Colorado. Los impulsores de esta iniciativa necesitaban recoger un número mínimo de firmas del 5 por ciento de la participación en los últimos comicios para alcalde (los que se celebraron en 2007): una cifra inferior a las cuatro mil. Según los últimos datos facilitados por el propio gobierno municipal, llevan ya más de cuatro mil doscientas, aunque ellos dicen que son casi diez mil (depende de cuántas veces cuenten la misma firma, claro).

La idea es que la Comisión, financiada a través de subvenciones públicas y donaciones, se ponga en marcha formalmente y que a partir de ahí estudie y determine qué mensajes o informaciones deben ofrecer los humanos a los extraterrestres cuando definitivamente desembarquen de forma pública en nuestro (¿nuestro?) planeta. Porque Peckman, de 55 años de edad, dice estar convencido de que, lo que es estar, están y que hay pruebas más que suficientes de contactos entre humanos y ETs a lo largo de la Historia. Él mismo dijo haber visto una misteriosa bola verde sobre la ciudad de Denver la noche que murió Michael Jackson.

(Lo cual por otra parte no es nada raro ya que él era un alienígena, como muy bien se insinúa en la película Men in Black; tampoco es que muriera: sólo que a partir de cierta edad los de su planeta sufren una metamorfosis que los transforma en una especie de hipopótamos voladores, así que cuando se acercaba el momento de la suya vinieron a buscarle y se lo llevaron, diciendo que había fallecido simplemente como coartada para los terrestres).

La comisión tendría como objetivo principal el de "asegurar la salud, la seguridad y la concienciación tanto de los seres humanos como de los seres extraterrestres inteligentes al objeto de facilitar una coexistencia lo más armoniosa, pacífica y respetuosa posible para ambas partes". Echo de menos en esta definición el adjetivo "inteligente" también aplicado a los seres humanos igual que lo está a los extraterrestres y me acuerdo del viejo chiste acerca de buscar vida inteligente dentro de la Tierra antes de intentar encontrarla fuera de ella.

En realidad, Peckman se hizo popular en EE.UU. (incluso le entrevistó Larry King) después de convocar hace unos meses a la prensa para mostrar una imagen en la que se veía un extraterrestre, del tipo de los llamados "grises" por los ufólogos contemporáneos (humanoides pequeños, cabezones, de grandes ojos negros y piel de un tono grisáceo desprovista de pelo, con un aspecto en general muy poco recomendable), asomado a la ventana de una casa de Nebraska y fisgoneando en su interior. Más tarde llegaría el video del que fue extraída la imagen, en el que durante unos pocos minutos se podía ver al pequeño engendro mirando desde el alféizar hacia el interior de la vivienda. El video fue rodado en julio de 2003 por un tal Stan Tiger Romanek, quien había dejando una cámara grabando hacia la ventana porque en ocasiones anteriores había visto movimiento alrededor de ella. Tiene dos hijas adolescentes y pensaba que alguien se dedicaba a mirarlas. O sea, que a los extraterrestres les van las chicas de la Tierra (bueno, no es nada nuevo: en los textos del antiguo profeta Enoch se habla de esos "ángeles" que "se enamoraron de las hijas de los hombres" y de su "amistad" nacieron "gigantes").

Romanek se mudó a Colorado después de esta grabación, aunque dice haber tenido más de un centenar de contactos con los alienígenas. Me los imagino llamando a la puerta de su casa: "-Señor, ¿me da permiso ya para llevarme a sus hijas a dar una vuelta en mi ovni?" Y al señor Romanek contestando: "-¡Maldito enano descolorido, déjalas en paz de una vez! ¡Si se tienen que liar con un alien, mejor que sea con los de tipo nórdico (los que los ufólogos llaman así porque son parecidos a los escandinavos pero más altos y con el cabello rubio más largo, y van vestidos a menudo con trajes luminosos)!"

A día de hoy aún se ignora si todo esto es un elaborado montaje o hay algo inquietantemente real detrás de la película. En la cafetería de la Universidad de Dios es un tema de moda desde hace varias semanas
, aunque hay dos cuestiones que ni Peckman, ni Romanek, ni King, ni nadie han contestado y, la verdad, no sé siquiera si se las han planteado:

1º) Teniendo en cuenta el grado de violencia, mentiras, estafas, asesinatos y demás barbaridades que se cometen diariamente en la Tierra, y que demuestran claramente que somos una especie infraevolucionada e incapaz de generar confianza por mucha tecnología de que dispongamos, ¿de verdad una civilización extraterrestre va a querer estrechar lazos de amistad con nosotros?

2º) Si una raza de alienígenas está tan desarrollada como para viajar desde vaya usted a saber dónde, ¿le interesará unirse a otra más primitiva que poco tiene que ofrecerle? Es más, ¿serán capaces de comunicarse con nosotros (igual que nosotros tenemos dificultades para comunicarnos, por ejemplo, con las hormigas, ya que nuestra civilización está mucho más adelantada que la suya)?

Por supuesto en la cafetería conocemos las respuestas a estas preguntas porque lo que la inmensa mayoría de los mortales desconoce es que los extraterrestres hace mucho tiempo que están aquí, en la Tierra, entre nosotros. De hecho, son nuestros propietarios. Vaya: ése es uno de los motivos por los que me metí en la Universidad, para dejar de ser uno de sus esclavos.



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