Mis antepasados más remotos fueron paganos; los más recientes, herejes.

martes, 15 de diciembre de 2009

¿El colapso de EE.UU.?

Llevaba ya unos veinte minutos concentrado para intentar levitar en mi habitación (es uno de los ejercicios imprescindibles en los exámenes de Tercero en la carrera de Dios: hay que elevarse un mínimo de treinta centímetros por encima del nivel del suelo para aprobar). Naturalmente, no había obtenido ningún éxito todavía, aunque mi nivel de meditación era especialmente elevado. En éstas, Mac Namara apareció tan silencioso como de costumbre y me dio el susto del día al acariciarme la mano con su aterciopelada cola de color chocolate.

- Menudo susto... ¿Es que no puedes maullar como todos los gatos? -le reproché.

- No soy un gato corriente -me contestó- y se supone que a estas alturas de tus estudios debías haber desarrollado ya cierto grado de imperturbabilidad. Por lo demás, ahora sí que te voy a dar el susto: ¿sabes quién es Igor Panarin?

- ¿Un personaje de Guerra y paz?

Mac Namara puso los ojos en blanco al escuchar lo primero que se me había ocurrido contestarle y, suspirando profundamente, explicó:

- Panarin es un respetado profesor y polemista ruso. Según las malas lenguas, en su día fue analista del KGB aunque hoy es el decano de la Escuela de Diplomacia en el actual Ministerio de Exteriores de Moscú. Un tipo que aparece habitualmente en los medios de comunicación de su país, bien informado por lo general.

- Muy bien. Encantado. ¿Y me quieres decir por qué este tipo es tan importante para interrumpir mis intentos de levitación?

- Déjate de levitaciones, que para eso se inventaron los ascensores. Escucha: Panarin ha elaborado y hecho público recientemente un pronóstico interesante. Según él, el año de 2010 va a ser muy entretenido en los Estados Unidos, donde el presidente Barack Obama impondrá la ley marcial, pero ello no impedirá que la nación se divida en seis (vaya, en seis precisamente) distintos países a partir de un proceso de creación de territorios autónomos que acabará degenerando en secesión, con lo que Rusia y China pasarán a convertirse en los regidores de un nuevo orden mundial.

- ¿En qué película sale eso? -le pregunté con indolencia ante lo aparentemente absurdo de la predicción.

- Panarin explicó sus predicciones en la Academia Diplomática de Moscú ante decenas de estudiantes, profesores y diplomáticos de carrera..., y también algunos medios de comunicación extranjeros como la agencia norteamericana de noticias AP, Associated Press. La negativa visión de la evolución norteamericana que ofrece está en línea con la que posee el expresidente y hoy primer ministro Vladimir Putin, que ha equiparado en varias ocasiones al sistema norteamericano contemporáneo con el de la Alemania Nazi y acusa a Washington de ser el primer culpable de la crisis financiera global. Lo cierto es que lleva unos años pronosticando la caída del gigante yankee por la decadencia moral y el estrés psicológico que padece su población y que según él se materializa en sucesos como las matanzas en las escuelas, la magnitud de presos en las cárceles y el volumen de homosexualidad en la población. Pero en su opinión el fin de los Estados Unidos está ahora más cerca que nunca, como se puede apreciar en datos como la caída de su Producto Interior Bruto, el desmoronamiento de los índices bursátiles o el fin de la dominación de los mercados globales. Dice que todo empezará en un par de meses.

- ¿Y por qué se va a dividir precisamente en seis países más pequeños y no en veintiocho?

- No sé -confesó Mac Namara- pero dice que se dividirá como le ocurrió a la Unión Soviética y cita cuáles serán los seis pedazos resultantes: la América del Atlántico (lo que se llamaba
antigüamente el Este, de forma genérica, incluyendo Nueva York, Boston, etc., que según él quedaría bajo influencia europea y hasta podría solicitar su entrada en la Unión Europea), la República del Centro-Norte de América (que estará bajo influencia canadiense o puede que incluso acabe formando parte del vecino del norte), la República de California, que se extiende a lo largo de toda la costa oeste y que a su juicio quedará bajo la influencia directa de China), la República de Texas (que volverá a ser libre..., relativamente, porque podría acabar integrándose en México), las islas Hawaii (que serán captadas bien por China, bien por Japón, con lo que dejarán de ser oficialmente americanas para reconvertirse en asiáticas) y Alaska (que retornará a la Madre Rusia, a la que perteneció en su día hasta que el avispado William H. Seward, por entonces secretario de Estado norteamericano, compró al zar ese inmenso, despoblado y en teoría inútil territorio -cuánto petroleo se ha descubierto luego debajo del hielo- por poco más de siete millones de dólares de la época).



















- ¿Y después del derrumbe de Yankeelandia? -pregunté.

- Será el momento de rusos y chinos, que saldrán reforzados de la crisis económica y que colaborarán para crear la nueva moneda de referencia en el mundo, distinta del dólar norteamericano, por supuesto. Y luego..., pues ya veremos. Será otro 1984, supongo. Diferente a éste al que nos encaminan ahora, pero otro 1984 después de todo.

A lo largo de la Historia, la máxima de Divide y Vencerás se ha empleado fructíferamente para derrotar a un enemigo en numerosas ocasiones, pero me cuesta imaginar que en este caso sea posible.

- Escucha Mac Namara, una pregunta: todo este plan necesita un líder visible, alguien que pueda arrastrar a las masas tras él para construir semejante nueva arquitectura. Supongo que ya hay nombre para él y supongo que ya lo sabes. Y que me lo vas a decir...

Me miró sin reírse y sin reírse dijo:

- Joan Laporta.

Por último añadió sombrío:

- Otro día te hablo de los campos de concentración levantados casi en secreto en EE.UU.


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